Cuando aún vivía Franco y en España ya se veían colores más allá del gris del régimen y el negro de las sotanas de mis curas del alma, y cuando éramos más jóvenes que ahora (la edad es sólo tiempo; la juventud es un estado), ya veíamos debates entre líderes de distintos partidos extranjeros o entre líderes del mismo partido (como aquellas primarias americanas en crónicas inolvidables de Hermida) y sólo queríamos para nuestro país aquellos modelos de debate y de democracia.
En Sevilla, el Secretario General del PSOE ha dimitido de su cargo por no estar conforme con la situación de poder interno que se estaba fraguando en su territorio, y ha faltado tiempo para decir que "¡qué desastre, lo que le faltaba la PSOE!"... Y claro, uno no sale de su asombro...
¿Pero no era eso lo que queríamos, debates, posiciones de poder, de alianzas, y al final soluciones concretas que ganan por mayoría? ¿O es que queremos seguir con liderazgos monolíticos, al modo franquista?.
¿Alguien capacitado y maduro es capaz de decir que las relaciones humanas en grandes colectivos son fáciles y basadas en el buenismo de este me cae mejor que aquel? Desde que el hombre es hombre las relaciones humanas han sido, son, muy complicadas; y si encima hay de por medio poder de decisión sobre los demás, con mayor razón aquellas relaciones humanas son de todo menos amables... A no ser que se quiera renunciar al concepto de ciudadanía responsable.
Cuando aún vivía Franco, y leíamos al padre del amigo Rafa García en la revista "Triunfo", soñábamos muchos con poder tener un escenario público donde los líderes se disputaran democráticamente -y con intensos debates- el poder. Dicen muchos: es que han habido presiones... ¿Y en qué relación humana no hay presiones de todo tipo?
A veces tengo la sensación de que no somos humanos sino primates... O peor, desmemoriados de conveniencia...
En Sevilla, el Secretario General del PSOE ha dimitido de su cargo por no estar conforme con la situación de poder interno que se estaba fraguando en su territorio, y ha faltado tiempo para decir que "¡qué desastre, lo que le faltaba la PSOE!"... Y claro, uno no sale de su asombro...
¿Pero no era eso lo que queríamos, debates, posiciones de poder, de alianzas, y al final soluciones concretas que ganan por mayoría? ¿O es que queremos seguir con liderazgos monolíticos, al modo franquista?.
¿Alguien capacitado y maduro es capaz de decir que las relaciones humanas en grandes colectivos son fáciles y basadas en el buenismo de este me cae mejor que aquel? Desde que el hombre es hombre las relaciones humanas han sido, son, muy complicadas; y si encima hay de por medio poder de decisión sobre los demás, con mayor razón aquellas relaciones humanas son de todo menos amables... A no ser que se quiera renunciar al concepto de ciudadanía responsable.
Cuando aún vivía Franco, y leíamos al padre del amigo Rafa García en la revista "Triunfo", soñábamos muchos con poder tener un escenario público donde los líderes se disputaran democráticamente -y con intensos debates- el poder. Dicen muchos: es que han habido presiones... ¿Y en qué relación humana no hay presiones de todo tipo?
A veces tengo la sensación de que no somos humanos sino primates... O peor, desmemoriados de conveniencia...
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