sábado, 29 de mayo de 2010

SÁBADO DE SOL, LITERATURA Y MUSICA...

Mañana soleada; de paseos, de tertulias, de cervezas y soles... Y de librería: "El desenterrador de vivos", un delicioso libro de poemas -y dibujos- de C. Edmundo de Ory, con prólogo de su amigo Francisco Nieva, y con un CD con las versiones musicales de F. Polavieja y Aute de aquellos poemas, amén de un DVD sobre el autor, y que tenía encargado por indicación del propio F. Polavieja; "El elogio del pesimismo", de Lucien Jerphagnon (maravilloso libro que se recomienda tener mucho sentido del humor para que al leerlo no te haga sufrir) y "Cartas a Ophélia", de Fernando Pessoa, en una bellísima edición con ilustraciones de Antonio Seguí y prólogo de Antonio Tabucchi...

Después de la comida familiar -como cada sábado- con los Maldonados, pasé por El Corte Inglés de Mijas... Buscaba complementos de un portátil vaio de Sony que me han regalado, y en la sección de caballeros, donde compré un pantalón, me atendió un señor que hablaba perfectamente el castellano, pero con un acento, sobre todo para las "o" conocido y cercano... Y como soy tan curioso, y el hombre estaba tan aburrido, le pregunté:
-¿Es Usted portugués?.
-Sí, me contestó... Es la primera vez que aciertan... Me preguntan si belga, si francés... Pero nunca si portugués...
Y estuvimos hablando de su país, un país que tanto admiro y que tanto revisito... Me dijo que era de Oporto. Y le hablé de Lisboa, del gótico de Santarem, del barroco de Braga, de Guimaraens, de Liria, de Coimbra... Como apenas nadie solicitaba sus servicios (casi nadie pululaba, mientras estuve, por el centro comercial de Mijas; dicen que es que estamos a fin de mes...; -si sólo fuera de mes, me digo...), seguimos hablando de Portugal, de Pessoa, de Saramago.... Está casado con una malagueña... Y es feliz, me dijo... Joven, encantador y portugués...
Le dije que Saramago (y yo participo de la idea) abogaba por que Portugal llegase a ser la 18ª Comunidad Autónoma de la Península Ibérica. Como hombre del comercio, coincidió conmigo en que sería bueno para ambas comunidades (la palabra países nunca me gustó; el territorio es un accidente y una bandera para las guerras)...

Y al llegar a casa, leyendo a Ory, oigo a Aute y oigo a Fernando Polavieja, cantando los hermosos poemas de EL DESENTERRADOR DE VIVOS, el bellísimo libro que estaba esperando de Carlos Edmundo de Ory y que me había recomendado el propio Fernando Polavieja.... Gracias, Fernando (por cierto, entre tú y yo, me gustan más los poemas que cantas tú que los que canta Aute; sobre todo por la música. Un abrazo).

Sólo fue un sábado de sol, literatura y música...; un sábado que se acerca a la noche, una noche que me temo será larga para así poder disfrutar de la belleza de estos libros y de estas músicas...

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