martes, 25 de mayo de 2010

RECORDANDO A UMBRAL...

En un receso de teléfonos, papeles, proyectos... En una mañana soleada y asombrosamente en paz y silencio en este lugar de las prisas y los ruidos... Te recuerdo... A ti, Umbral, ese apellido que habla siempre de inicio, de comienzo, de algo nuevo... Como a diario eran tus columnas, que no por esperadas dejaban de sorprendernos a todos los que te admirábamos...
Hoy, en un receso de teléfonos, de proyectos -y de facebook, como no, las nuevas luces de los nuevos tiempos-, te he recordado, Francisco Umbral. Porque fuiste uno de los grandes y por eso quizá te echo de menos... Afortunadamente, nos dejaste muchas cosas escritas. Sobre todo en ese género que tanto me apasiona: el memorialista, el vivido y hecho literatura, el diario de matices, de instantes, de abandonos y de encuentros, de sorpresas y de asombros... Y de entre todos, quizá, y para muchos de nosotros (entre ellos Miguel García-Posada), MORTAL Y ROSA sea tu libro más elevado, más enorme, más amplio, más tuyo y más literario, siendo a su vez una crónica de una amargura tan tremenda como debe de ser la de perder a un hijo de tan sólo cinco años; tu Paquito, como le llamabas...
No soy padre, pero sí soy hijo de una madre que vivió esa tragedia; no tenía cinco, sino veintinueve años, mi hermano, el día que nos dijo adiós... Mi madre, desde entonces, nuncanojamas fue la misma...

Hoy, en un receso, querido Umbral, con ese apellido de inicio, de entrada, de comienzo, te he recordado; porque echo de menos tu literatura, tus columnas, y tu persona... Y he escogido un párrafo de tu MORTAL Y ROSA que dice así:

"Estoy oyendo crecer a mi hijo"...

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