Lejos de Lisboa, lejos de ti...
Así pasó la vida en su primer cuarto; sí, lejos de Lisboa, lejos de ti, ciudad antigua, ciudad blanca...
Pero desde que la alcancé , desde que al fin paseé por sus calles, olí sus tiendas, y sus bares; y entré en los ultramarinos de La Baixa, oliendo a café y a chocolate; por entre sus plazas y sus tranvías; sí, los que suben al Chiado; o quizá al Castelo de San Jorge, en Lisboa, en Portugal...; cerca de Sintra, la hermosa y admirable ciudad por donde anduvo Byron....Sí, también perdido, al fin hallado....
Y desde que se metió Pessoa en mi cuerpo y en mi alma; sí, hasta las entrañas me duelen de no tenerte cerca, Lisboa; y desde que sus fados nos llevaron a navegar por el Tajo aquel día; sí, era de abril, de 1900 y tantos...
Hoy quiero recordar que soleaba y era la brisa... ¡Ay!, no puedo vivir lejos de ti...
Lejos de Lisboa, lejos de ti...
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