viernes, 21 de mayo de 2010

LA MUSICA...

Desde que tengo uso (y abuso, "quelques fois") de razón, es decir, desde que tengo capacidad de recordar, vi un piano en casa... Mis padres vivían separados, y los niños íbamos los domingos a verlo, a padre... Recuerdo siempre, como se recuerda un olor, que mi padre tosía, vestía siempre de traje de sastre (excepto en verano: de guayabera caribeña), con cuellos almidonados y gemelos de oro en camisas de doble puño... Y sudaba mucho; y seguía tosiendo... Y bebía café negro, muy negro y muy corto, a deshoras, a esas horas más del aperitivo que de infusiones tan concentradas... Y me cogía en brazos, me sentaba entre sus piernas y me magreaba el lóbulo de la oreja derecha; siempre era la derecha, quizá por la postura; quizá por la costumbre... Y fumaba, y fumaba... Y yo me quedaba embobado mirando aquel piano que sólo él tocaba (de oídas, contaba mi madre). Un piano de pared, con unos hermosos candelabros a cada lado, "comm´il faut"...
Nuncanojamas supe de música, ni tuve mayor interés en aprender a tocar ningún instrumento. Pero desde entonces, desde que mi padre me subía entre sus piernas y me magreaba hasta el sonrojo el lóbulo derecho de mis orejas, frente al decadente piano de pared que había en casa de mi padre, desde entonces amé y amo la música...

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