martes, 1 de marzo de 2011

EN LA POSADA DEL CAMINO...

Comienza esta primera mañana de marzo con una bajada de temperaturas, pero con un potente y luminoso sol, sol que me obligó a cerrar el libro para contemplarlo en su fortaleza. Era el Libro del Desasosiego de Bernardo Soares (F. Pessoa), donde leía desayunando: “la vida es como una posada del camino, donde debo demorarme hasta que llegue la diligencia del abismo... Sobre todos caerá la noche y arribará la diligencia”...

De camino a la oficina, ese otro camino del olvido, como cada mañana, me acompañó el mar. Y me acompañaban, también, otros coches, camiones, furgonetas, vehículos comerciales; hombres y mujeres dignos, levantando y exhibiendo su decencia. Y recordé el discurso de ayer de Alfonso Guerra; y recordé, también, aquellos años, cuando nos rebelábamos contra el estado de cosas y cuando no temíamos a la verdad que nos guiaba, como utopía, porque era decente, justa y humana.

Ya entonces, y en la posada del verdadero camino, esperándo la diligencia, me pregunté por qué mi gobierno no ha peleado por la decencia de sus ideas y ha cruzado los brazos, sin más, ante la avaricia de los de siempre... Es cierto que no hay margen de maniobra, o es escaso; pero, ¿por qué ha renunciado al intento? Al menos para visualizar que no estamos solos ni desamparados...

Y me llenó de melancolía conocer las encuestas que otorgan el triunfo a aquellos que nos proponen a candidatos imputados en delitos de corrupción y que no ocultan su aspecto y forma de gansterismo político (el estado existe para privatizarlo y quedárselo ellos); y que harán, sin complejos, lo que les digan los poderosos avaros de siempre: son su instrumento.

Mientras tanto, aquí seguiré esperándote, en la posada del camino, cargado de melancolía y tristeza... O, quizá, debería tomar el camino de regreso...

http://www.goear.com/listen/e886040/el-camino-de-regreso-ismael-serrano

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