La mañana hermosa llega a este amanecer mío, último y necesario de vida, como "el aire de los chopos... Y vuelvo a recordar"...
La luminosa mañana de este sábado me trajo también tus recuerdos; aquellos de las primaveras contigo, cuando en fiestas íbamos a comer a Paradores... Al Juanar de Ojén, o a Gibralfaro; con aquellos prodigiosos entremeses...
Sí, el aire de los chopos, aquellos de la Vega de Granada, allí, donde cambió nuestras vidas para siempre...
Sí, "el aire de los chopos y vuelvo a recordar"...
En esta soberbia mañana, con tu presente bondad en la piel y con una infinita amargura en las entrañas...
La luminosa mañana de este sábado me trajo también tus recuerdos; aquellos de las primaveras contigo, cuando en fiestas íbamos a comer a Paradores... Al Juanar de Ojén, o a Gibralfaro; con aquellos prodigiosos entremeses...
Sí, el aire de los chopos, aquellos de la Vega de Granada, allí, donde cambió nuestras vidas para siempre...
Sí, "el aire de los chopos y vuelvo a recordar"...
En esta soberbia mañana, con tu presente bondad en la piel y con una infinita amargura en las entrañas...
NADA MÁS
El aire de los chopos
y vuelvo a recordar.
En un día de marzo
te fuíste. Nada más.
Una sonrisa tuya
o un gesto. Claridad
como la de tus ojos
no he visto. Nada más.
Luego días de ira
dolor y adversidad.
Y en medio de la noche
tu estrella. Nada más.
Por su fulgor perenne
contra la eternidad
te ofrezco unas palabras
de amor. Y nada más.
El aire de los chopos
y vuelvo a recordar.
En un día de marzo
te fuíste. Nada más.
Una sonrisa tuya
o un gesto. Claridad
como la de tus ojos
no he visto. Nada más.
Luego días de ira
dolor y adversidad.
Y en medio de la noche
tu estrella. Nada más.
Por su fulgor perenne
contra la eternidad
te ofrezco unas palabras
de amor. Y nada más.
JOSE AGUSTIN GOYTISOLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios