sábado, 10 de septiembre de 2011

NUNCA SUPE MENTIR


Oigo músicas antiguas, las que siempre perduran, y veo pasar mi vida por delante, en esta mañana que se anuncia calurosa y en éste sábado de septiembre que también amanece cansino: el calor dura demasiado por el sur del Sur... Tanto que anula toda su hermosura: lo excesivo siempre es cansino y sólo produce hastío...
Y leo a Ferreira, que escribía, según dijo, para saber lo que se es... Incluido aquel que escribe, dejó escrito. Y me dice: 
"No te quejes. Todo el mundo tiene tanto de qué quejarse. No hables de cosas tristes. Todo el mundo tiene tanto de eso que no hace falta más. No hables de soledad. Todo el mundo está tan solo. Habla de la alegría, de fuerza, de lo que nos haga inmortales. Afirma de una vez que el hombre es inmortal..."
Para entonces, me propongo, pues, hacerle caso. Y al cabo, caigo de nuevo en el pozo negro de cierta amargura y melancolías enrabietadas... Y es que yo, Javier García, hijo de Miguel y de Dolores, nunca supe mentir...

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