viernes, 23 de septiembre de 2011

HOY QUIERO CONFESAR

"Vivimos en la época del fragmento. Nada es entero, consciente, estructurado en sus elementos". Leo este texto de V. Ferreira en esta primera mañana del otoño meteorológico nuevo. Y si la época es la del fragmento, qué no decir de las personas que en ella habitan... No somos unidireccionales; como no somos ciertos, más allá de nuestro estar en el mundo, nuestro vivir. Las certidumbres sólo las son de lo que desconocemos: casi todo. Por eso siempre me aterraron los dictadores, tan inseguros ellos de sí mismos, como seguros de la falsedad que demostraban a gritos y a disparos contra sus propias miserias y locuras...
Sí, somos fragmentariamente únicos; como ser; pero único no quiere decir unidireccional. Por eso los hombres, hasta los grandes hombres que la historia nos señala, comenten los grandes errores de sus vidas, errores que, incluso les puede costar la imagen que de coherencia total, de unidireccional, se tenía de ellos o se creía tener de ellos; y es que el hombre también es fragmentario, débil, y poco estructurado en sus eternas dudas y preguntas sin respuestas, amén de sus grandes pecados, como la envidia, la avaricia o la arrogancia y la vanidad... Quizá por eso nunca fui mitómano: desde muy temprano supe de mis contradicciones y siempre me usé como método de análisis: si yo soy así, los demás serán muy parecidos. Porque sólo nosotros nos engañamos; solo nosotros nos miramos con cariño y aprobación y señalamos a los demás de sus culpas con la crueldad de un ciego que no se puede ver...

Hoy, primer día de este otoño último (pero no el último, espero) de mi vida, esa época del año en la que vine al mundo y en la que siempre me enamoraba de alguna mujer hermosa, con forma de diosa entre hojas rojizas y ocres, caídas de bosques soleados y cercanos, y cuando la tierra olía a mojada y a mandarinas, hoy quiero confesar...
No iba a hacerlo; me han dolido estos años de desquite, de regresiones, de vaivenes, de dudas y de mediocridad por doquier... Pero también todos hemos estado ciegos; y los que veían, callaban... Llenos de dudas y temores, quizá, pero callaban... Y cuando ya sabemos lo suficiente, cuando ya nos tememos lo insuficiente, es hora de tomar partido...
Reconozco que pertenezco a una generación que participó activamente, siendo estudiante y siendo muy joven, en aquellos primeros 70 y que eso nos marcó ya para siempre; como me marcó para siempre el día 15 de junio de 1977, cuando pude votar por primera vez en mi vida, ese acto que tanto habíamos anhelado...
Luego vino lo que vino... Muchas decisiones necesarias y sólidas (sanidad, educación, inversiones, Europa...) y vino el desencanto... Y luego vino Aznar y su guerra, no sólo la de Irak... Y luego vino el que se coló por detrás...Y no me gustó aquel tiempo, que orillaba en decpciones y escepticismos: supe pronto que ZP no daba la talla para recuperar los paraísos perdidos...
Y luego vino la gran estafa que nos ha devuelto a donde quizá, como dicen muchos, nunca debimos de salir: nos han puesto en nuestro sitio, dicen; eso sí, un poco abandonados en el camino del regreso y con mucho esfuerzo solitario... Se ha estado de fiesta y ahora hay que pagar las copas, dicen otros; claro que algunos no quieren pagarlas... Y se ha acusado a ZP de haber traicionado sus principios. Nunca fue plato de mi gusto, pero hay que ser honestos: la estafa financiera, junto con la burbuja inmobiliaria, se hubiese llevado por delante a cualquiera; y no hubo traición de ideario; lo que no hubo es alternativas: la UE que se ha cosntruido nos impide margen de maniobra contundente; eso sí, se debió nacionalizar cajas de ahorro quebradas; o el ICO abrir oficinas para llevar el crédito donde hacía falta de verdad; pero el grueso de las decisiones nos vinieron impuestas. Y eso hay que explicarlo, cosa que no hizo ZP y pagó todo el socialismo el 22 de mayo pasado por ello. Y cuando anunció ZP que no se presentaba, y designaron a Rubalcaba (quizá debió dimitir ZP el año pasado y haber provocado una investidura de Rubalcaba frente a Rajoy: se hubiese visualizado tanta diferencia y rigor) supe que era acertada la decisión, si se querían salvar algunos muebles: si algo es Rubalcaba es comunicador, el gran déficit de ZP más allá de su falta de rigor.
Durante todo este tiempo (nunca he dejado de analizar las cosas de los seres humanos, la vida) seguía elaborando mi ideario político y sentimental. Y si bien en la vida casi todo es mentira menos los sentimientos y las personas que nos importan, nunca olvido que somos seres espirituales, y un componente fundamental es su humanismo, su innata solidaridad y su calado sentimiento de la compasión. Y con estos elementos proclamo diariamente la necesidad de la POLITICA con mayúsculas, ese ámbito donde lo colectivo debe ser solidario y sus intereses deben estar por encima de los privados. Eso se traduce en un sistema democráticamente participativo, transparente, equitativo y compasivo para con los más desafortunados o enfermos. Y eso se llama un sistema social, político y económico que busque siempre la igualdad como única garantía de hacer justicia en la tierra sobre la injusticia que produjo el azar de venir al mundo en un lugar u otro, o en unas condiciones de vida u otras. Este mi ideario hoy está en un clamoroso peligro: han ganado, con su estafa, los de siempre. Y están envalentonados, tanto que han visto la oportunidad de llevárselo todo. Por tanto, es la hora de tomar partido, partido hasta mancharse. Y hoy por hoy, en España, el proximo 20N tenemos una oportunidad de pararlos. El cuerpo me pedía abstenerme: no se han conseguido primarias, listas abiertas, etc... Pero el peligro es real y podemos regresar a la caverna.

Paremos esta avalancha... Y si el cuerpo me pedía abstenerme o votar en blanco, ayer supe que por mi provincia (estoy empadronado aún en la provincia de Sevilla; ya no vivo allí, pero ha sido mi lugar en la vida; al menos, donde más años he vivido) se presenta encabezando la lista socialista Alfonso Guerra, al que votaré... Votaré una vez más al PSOE, la única izquierda capaz de parar a la derecha, como ha sucedido siempre en España. Otras opciones de izquierdas son legítimas, pero no son útiles para parar esta avalancha... Y además, lo decía antes: pertenezco a una generación que participó activamente, siendo estudiante y siendo muy joven, en aquellos primeros 70. Y eso nos marcó ya para siempre. Y por aquellos entonces conocí personalmente a Felipe y a Alfonso; ha llovido mucho, y cometieron grandes errores (ya lo sabemos, vivimos en la época del fragmento, y el hombre no es, no somos, unidireccionales), pero con lo que está cayendo y cuando reclamo la POLITICA más que nunca con mayúsculas, votaré a Alfonso Guerra para intentar parar la regresión que se nos avecina y que creímos una vez que estaba consolidada...

http://www.youtube.com/watch?v=laWOBCnAwFM&feature=results_video&playnext=1&list=PLD8D6A325B61FC3AF

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