lunes, 19 de septiembre de 2011

SÓLO SOMOS AFECTO Y DESAFECTO

Dedía Séneca ("De la vida bienaventurada") que "todos los hombres, Galión hermano, quieren felizmente vivir, pero para barruntar qué sea lo que hace bienaventurada la vida andan a ciegas".
Afortunadamente, siempre deseé lo que pude obtener, y esa creo que es la clave de no ir a ciegas y llevar una vida medianamente bienaventurada. Por otro lado, soy bastante caprichoso, y, además, tengo ya una edad en la que, como decía mi amigo P.R., los antojos son urgencias... Pero siempre me di los caprichos que pude darme; jamás se me ocurrió, por ejemplo, pedir un préstamo para gastos suntuarios, como puede ser la comunicón de una hija o un viaje. Si he podido, bien, y si no, no; y no pasa nada; también afortunadamente, y como Libra que soy, siempre he perseguido ese digno equilibrio entre el deseo y la realidad, y, como he señalado, jamás deseé algo por encima de mis posibilidades.

Cosa que no ha sucedido a la mayoría de nuestro país y otros muchos del sur de Europa (lo latino siempre es excesivo); antes al contrario, la mayoría de la sociedad ha vivido por encima de la realidad y se ha deseado disfrutar de lo que no podían obtener sino endeudándose hasta límites que no debían haberse permitido por el prestamista... Y ese deseo imposible era ofertado insistentemente por promociones financieras excesivas, a bajo tipo de interés y con mucha liquidez en el mercado de la usura, a sabiendas del error y del riesgo de impago, dado que las burbujas (inmobiliaria y financiera) acabarían absorbiendo aquellos riesgos. Y de aquellas disfunciones entre el deseo y la realidad estamos como estamos...

Por tanto, ese equilibrio entre el deseo y la realidad no solo es eficaz en términos de vida, de subsistencia, de sociedad, de país; además, como dice Séneca, para no andar a ciegas, es el camino de la felicidad personal: sólo no deseando lo que no se puede obtener no habrá frustración ni riesgo alguno de desdicha; a fin de cuentas, sólo poseeremos, al final del camino, afectos o desafectos; lo demás, son cosas que vamos tocando; que sí, que nos hicieron la vida más cómoda, más agradable mientras duró el antojo, pero sólo somos tiempo y el tiempo que dedicamos a los afectos...

Siempre conviene que no nos olvidemos de lo que somos: nada sin afectos, en este inmenso mundo de declives, mentiras, miserias y ruinas... Y lo proclamo hoy, cuando nunca he amado tanto la vida, a pesar de mi enorme escepticismo y de lo poco que me ayuda la realidad......

http://www.youtube.com/watch?v=6grt1NDla64

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