miércoles, 21 de septiembre de 2011

HAY MUNDO PORQUE YO LO VI...

Cada día, la vida me rodea; me persigue; me obliga. Y me envuelve en su voluntad: levantarme de cama; asearme; alimentarme, todo lo hago sin voluntad; o mejor dicho, por la voluntad de la vida, de la vida que me ha tocado en vivir...

Y así, cuando te vienes a dar cuenta, tu voluntad no existe; el automatismo diario, la sinrazón diaria, la ausencia de tu voluntad para con tu vida, es un asunto que de siempre me vino largamente rechazable, pues es la constatación de que no somos libres. Quizá porque, como decía Sándor Márai, "la libertad es un asunto privado. No existe la libertad institucional. El ser humano sólo puede alcanzar la libertad -de una u otra manera- a solas y gracias a su propia tenacidad. Y además, por poco tiempo", y, como sólo somos tiempo (el pasado y el que vendrá), esa libertad sólo se puede alcanzar, en nuestra soledad, si disponemos de nuestro tiempo y de nuestra capacidad de vivir solos, para así dejar de ser esclavos: "Si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo", decía Pessoa.

En suma, para disponer de tiempo y tener voluntad de vida, y para no ser esclavo de nada ni nadie, hay que ser libres en lo económico, amén de tener una fuerte capacidad emocional como para sobrevivir en esta soledad de mundo que hemos creado...
Y eso sólo unos pocos son los privilegiados que lo pueden conseguir. Porque el mundo es lo que a él traemos, y hemos traido miseria y esclavitud...

Es suave el día, suave el viento.
Es suave el sol y suave el cielo.
¡Que fuera así mi pensamiento!
¡Ser yo tan suave es lo que anhelo!
Pero entre mí y las suaves glorias
del cielo y del aire sin mí
hay muchos sueños y memorias...
¡lo que yo quiero es ser así!
Ah, el mundo es lo que a él traemos,
todo existió porque existí,
hay porque vemos.
¡Y hay mundo porque yo lo vi!

(Pessoa-Aute)

http://www.youtube.com/watch?v=8h3r5_s_auI&feature=related

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