domingo, 18 de septiembre de 2011

LA MEMORIA DONDE ME HABITO


Decía Rafael Pérez Estrada que era "imprescindible encuadernar la memoria para que sea un álbum fácil de hojear". Amanezco en domingo último de sol y agradables temperaturas; y como todos los domingos, nada en hacer sino en disfrutar de la holganza... Y como todos los domingos, dedicado a recordar; no sólo las tareas pendientes en la semana que entra, sino también, los balances de un estado: los descansos son siempre traidores, como espejos fríos: no hay engaño posible. Descansas del cansancio, recuperas el tiempo perdido en cansarte, en vivir. Al tanto, inevitablemente balanceas tu vida, y tú ya no te engañas; tus miserias sólo tú las conoces; y tus maldades también. Sólo ves de ti, en el engaño diario, lo que tú crees que ven los otros de ti; pero los otros ven en ti más allá de lo que imaginas; por esta razón no soportas los espejos... ¡Ay, los espejos, esos restos de la vida!...
También decía Rafael, que "el espejo es una invitación a la resurrección del pasado", aunque "los espejos, en su frialdad, no tienen memoria"... Porque "un espejo es un espejismo"...
Y entre espejismos de vida y realidades de muertes; entre espejos cansados de domingos de holguras y balances; entre miserias y derrotas, intentaré encuadernar mi memoria para que sea un álbum fácil de hojear. 
Sólo así me habito...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios