Pronto, en horas y en dos etapas (los cuerpos cansados son lentos), alcanzaré mi plateado cielo protector, que mantea los montes rudos y los mares portentosos de las tierras más misteriosas que los celtas nos dejaron en las Españas...
Aquel noroeste me atrapó desde el primer instante; tanto, que ya fue imposible no regresar; para volver; siempre volver; al origen; a la nada...
Y para volver a ti, que hoy tampoco te nombro...
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