martes, 13 de marzo de 2012

¡OH PADRÓN, OH IRIA FLAVIA!

LO QUE ME QUEDA DE MIS DÍAS...

¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, oh Iria Flavia!
Mas el calor, la vida juvenil y la savia
que extraje de tu seno,
como el sediento niño el dulce jugo extrae
del pecho blanco y lleno,
de mi existencia oscura en el torrente amargo
pasaron, cual barrida por la inconstancia ciega,
una visión de armiño, una ilusión querida,
un suspiro de amor...


(Rosalía de Castro- Orillas del Sar)

En pocos días recuperaré aquellos paisajes, aquel Padrón, aquella Iria Flavia, aquel Santiago de Compostela, donde nació Rosalía, y por donde siempre acudo; por donde siempre recalo...
Y también, en pocos días, me reconciliaré con parte del mundo; aquel que me recoge siempre que me hallo perdido.
Pocas cosas llevaré; sólo las suficientes para regresar sin ira...

Mientras tanto, reconforta leer siempre a Rosalía; como reconforta, también, el talento de gente joven como esta:

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