domingo, 11 de marzo de 2012

EL CANTO DE LOS PÁJAROS


LO QUE ME QUEDA DE MIS DÍAS... Un domingo de marzo. Otro 11-M

Amanezco mejor de cuerpo, tras muchas horas encamado y que tanto necesitaba. Y con el runrún de eso que nubla la cabeza, que te eleva en alturas donde no pensar es lo que te ofrece, y tras muchas horas trascendido de mundo consciente, amanecí extraño, que no quieto: el cuerpo, ya menos cansado, es como un árbol que se mece en los suaves vientos de las afueras y baila entristecido de alegrías con el silbido del aire soleado de la mañana en forma de pájaros cantando... 

Y tomo café, zumos y tostadas con aceite y ajo. Y veo el pinar quieto de la mañana; y leo que el mundo se sigue desmoronando... 
Y siento cerca el mar; lo huelo, lo presiento. Y lo toco... 
Y es un consuelo; y es una tarea necesaria...

Y al llegar, sí, al rozar la mar, siempre, siempre, me siento alunado y no sé por qué: 
el mar es azul y la luna blanca...

Y... 
(P.D. Un recuerdo a otra locura de un mundo que se sigue desmoronando sin solución de continuidad...)


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