miércoles, 14 de marzo de 2012

FUE OÍRTE...

LO QUE ME QUEDA DE MIS DÍAS...

Llevaba unos días, temporada ya, extraño; huido; como en un lugar sin mundo, más allá de alguna risa y permanentes contrariedades, mientras las afueras seguían y siguen con sus cosas. Quizá ya no afecten tanto: llega un momento en el que uno se acostumbra a lo inevitable y sin remedio; cuando ya no tiene dónde evitar; o cuando ya no quedan fuerzas; o peor: cuando ya no queda luz en el túnel porque era un túnel sin salida y no se podía ya regresar... Pero no lo supimos hasta que nos adentramos en él...

Sí, llevaba una temporada oculto y apagado como un silencio. Y fue oírte, fue saber de ti y fue otro el que te oía; y recordé los años; los viajes; los encuentros... Sí, la escasez fue nuestra perpétua eternidad; como la ausencia nos hacía presentes siempre. Y los días no tenían fin cuando nos encontrábamos...
Era cuando, a diario, nos contábamos la vida...

Ya sabes, hablo de eso que sólo tú y yo sabemos; porque al oírme a ti también (que hoy tampoco nombro) se te cambió el semblante, la voz y la vida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios