domingo, 27 de noviembre de 2011

YO AMABA AQUELLA CASA

A pesar de una luz clara y temperaturas aún suaves, cuando llega el otoño a estas alturas de su camino, cansado ya de muchas melancolías, siempre me vienen a la memoria ciertas casas, aquellas por donde fui viviendo en los distintos otoños de mi vida... Y siempre, en otoño, a estas alturas del otoño, la primera en la que me recuerdo es en aquella del jardín de los abuelos maternos; en aquellos domingos de sol, con las bicicletas; o debajo de los mandarinos, revestidos de azulejos a modo de ajedrez, donde nos sentábamos los niños viendo la vida de los mayores lo aburrida que era: no jugaban y estaban todo el día de un lado para el otro; menos la abuela, ya mayor; o el abuelo, en su farmacia, con la bata blanca y su foto de Ramón y Cajal en su mesa de despacho... Y en estos días de otoño llegaban de Tolox, del campo, los aceites en bidones, las aceitunas partías y las primeras bellotas que tanto me gustaban... Y las gallinas, y los ceretes de higos secos... Y, mientras saboreábamos un palmito de los de entonces, la fuente de la rana seguía echando agua; debajo de la pérgola que sostenía en columnas la terraza del dormitorio principal de arriba... 
¡Qué hermosa fue aquella casa! Con sus arriates repletos de flores; con sus altísimas palmeras centrales, sus bojes al modo de jardín francés, con sus caminitos, por donde intentábamos transitar en bicicletas, por donde nos regañaban siempre... Y sus aguacates y su arboleda... Y las piletas revestidas de cerámica sevillana, donde aún recuerdo ver a las mujeres lavando y pasando por un rodillo las ropas para achicar aguas; y en donde, cuando los veranos eran largos y regresábamos del campo, nos bañábamos los niños... 
Siempre los niños, cargados de niños... Nosotros, los escondidos... Los ocultados, los extrañados de mundo, de vida, de mayores tristes y silenciosos... 
Excepto la abuela, que siempre nos hacía reír...

Cuando llega el otoño a estas alturas del año, siempre, siempre, me viene a la memoria aquella casa del jardín de los niños...


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