viernes, 4 de noviembre de 2011

EL CUENTO DEL LADRILLO... Y LOS PODEROSOS FICTICIOS

Hoy, cuando fueron las cero horas, comenzó la campaña electoral más importante, quizá, para los de mi generación, más allá de aquel 15-J de 1977, aquel glorioso día que conquistamos parte de las libertades olvidadas entre rosarios, meapilas y militares golpistas, que dijeron que habían traído la paz a España, cuando tan sólo trajeron la victoria, dejando a casi media España en el terror, la muerte, el olvido y el exilio... Y la miseria colectiva...
Hoy, cuando ya sabemos casi todo de la enorme estafa que hemos padecido, y cuando creíamos que, precisamente porque sabemos su origen, se iban a tomar las medidas oportunas, keynesianas, no liberales, los poderosos de verdad están aprovechando el río revuelto para llevárselo todo y esquilmar lo colectivo alcanzado. Y encima, de camino, se llevarán también los pocos contraposeres que la gente decente creía poseer tras estos años de coquistas sociales dolorosas. Y es que también sabemos que las conquistas no se apuntalaron bien, empujadas en su fortaleza por la falsa realidad de entonces, con superávits ficticios y sin previsión de ahorro a futuro: todos fuimos víctimas de una ilusión colectiva basada en el cuento de la lechera, sólo que la leche tenía forma de ladrillo. Fue el cuento del ladrillo, que unido al olvido del origen crearon un paraíso artificial donde hasta autónomos se creyeron que eran empresarios de los ricos de verdad -no obreros-, y los obreros criaron hijos con master con todas las dudas sobre su futuro. Y hubo que traer inmigrantes para trabajos que los nuevos ricos españoles no querían ya, pues se abandonó la formación profesional y se prefería trabajar en el ladrillo para comprar BMWs que estudiar una profesión a futuro; y llegaron 4 millones de inmigrnates; y España iba bien y creaba prácticamente todo el empleo que creaba Europa, y encima, bajar impuestos era de izquierdas....
Ya, por entonces, los poderosos reales y sus políticos aliados (los poderosos ficticios) proclamaban que Irlanda era el modelo, un modelo parecido al español en lo del cuento del ladrillo, pero con un impuesto de sociedades cuyo tipo era la mitad de la media europea, creando así un paraíso fiscal dentro de la Europa del Euro... Con estos mimbres, y la crisis financiera internacional, se cayó el cántaro de la leche-ladrillo y se rompió; y supimos entonces que estábamos endeudados hasta más de dos veces nuestro PIB (familias, empresas, bancos y estado). Y supimos también entonces que nos habían engañado; a unos más que a otros, todo hay que decirlo, pues ya muchos lo habíamos denunciado y por escrito...
Y llegaron los ajustes y las revisiones. Y llegaron los nervios y las incapacidades; y los dictados de los poderosos y las dudas eternas sobre nuestros aliados... Y tanto daño nos hicieron esas dudas que los poderosos reales y los ficticios tienen hoy más poder que nunca y han decidido que esta es la situación ideal para llevárselo todo. Y lo harán; ya lo están haciendo...

Hoy, a las cero horas comenzó la campaña electoral. Todos los datos apuntan a que regresará al gobierno el PP -esos que aún representan a muchos de aquellos de la victoria, que no los de la paz-, los poderosos ficticios de España. No lo será con mi voto ni sin mi denuncia de regreso. Porque las crisis económicas no sólo nos hacen regresar en riqueza; también regresamos en derechos, en recostes sociales, en regresiones morales, en aspectos de la vida cotidiana que no llegamos a vislumbrar hasta que han calado; en suma, con las crisis económicas, cuando gobiernan las derechas oscuras y ficticias, no sólo hay regreso económico y ajustes duros, también hay un regreso en las costumbres y en la moral públicas y privadas. Ya lo han anunciado (aborto, asignatura para la ciudadanía, matrimonio homosexual, etc)
Por eso son importantes estas elecciones: todo indica que los débiles nos quedaremos sin contrapoder alguno; sí, los pocos que teníamos se han equivocado, y mucho; pero son, eran, de los nuestros. No seamos crueles: démosle una oportunidad; después no valdrán quejas; después no serán decentes los lamentos...
Los débiles reales, que no ficticios, necesitamos contrapoderes, aunque sean ficticios y no hayan estado a la altura que se les esperaba que hubiesen estado.

http://www.youtube.com/watch?v=t0BlpCx9cg0

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