Yo nací en Coín, un pueblo del Valle del Guadalhorce que está situado muy cerca de Málaga, la capital de la provincia. Pronto nos trajeron a los niños a Málaga, a estudiar. Y así, estuve 14 años en el Colegio de San Agustín donde acabé le Preuniversitario y, tras dos años en Sevilla, regresé a Málaga para terminar mis estudios de economía. Al pueblo sólo regresábamos los fines de semana y durante las vacaciones, que compartíamos con largas temporadas en Tolox, en la casa del pueblo, o en el campo, La Vegueta...
Luego, pasé por Cádiz unos años, y acabé en Sevilla, donde he vivido más de 28 años, para regresar de nuevo a Málaga, en cuya Costa del Sol vivo...
Por tanto, Málaga se puede considerar mi ciudad de la infancia y la juventud; y Sevilla, la ciudad de mi madurez... Y como todo ciclo de la vida es un regreso, voy ,regresado, poco a poco a mis orígenes, amén de haber descubierto nuevos horizontes donde habitar largas temporadas, en el presente, y, sobre todo, en el futuro inmediato: a mi edad, el futuro es hoy... Hablo de mi venerada Galicia, a la que pronto regresaré por unos días...
Hoy, gracias al amigo Ismael Pla que nos ha traído un vídeo de Albéniz (Rumores de la Caleta) con fotografías de Málaga, he vuelto a recordar mi Málaga (todos tenemos una ciudad de la ciudad de cada uno: hay tantas ciudades de Málaga como malagueños hay)...
No me gustaban los curas; no eran personas preparadas para educar en libertad y respeto. Y aquella España que veía tampoco me gustaba... Pero sí recuerdo que me gustaba el mar de Málaga, la calle Larios (del Marques de), y sentarme en la Cosmopolita donde padre nos daba refrescos y cacahuetes salados en sus cáscaras, mientras él tomaba café y le limpiaban los botines que siempre le gustaba llevar. Y entonces le decíamos que estábamos hartos de los curas; y yo le rogaba que nos fuésemos a Coín... Muchas semanas (por entonces, los jueves por la tarde no había clases, pero sí los sábados por la mañana) nos íbamos los jueves a Coín y regresábamos el lunes; y todos nos presentábamos el lunes con una tarjeta de padre excusando nuestra ausencia por enfermedad. Como quiera que muchos curas nos daban sus clases en distintos cursos, y éramos cuatro hermanos, cuando le entragábamos la tarjeta al cura de historia, por ejemplo, el Llordén, decía en voz alta: ¡Vaya, de nuevo los García Vázquez han estado todos malos estos últimos días!... Y claro, la clase entera se reía y yo me enrojecía como un tomate...
Hoy he recordado mi Málaga; era sucia, incluso fea; pero siempre me gustaba salir del colegio para ir ala Calle Larios y bajar hasta el Puerto para ver el mar... Fue mi ciudad; es mi ciudad de la infancia y de la juventud... Y es mi ciudad, recuperada al fin: la Ciudad del Paraíso, como la llamó Vicente Aleixandre...
http://www.youtube.com/watch?v=mpXBNT1GhWU&feature=share
Luego, pasé por Cádiz unos años, y acabé en Sevilla, donde he vivido más de 28 años, para regresar de nuevo a Málaga, en cuya Costa del Sol vivo...
Por tanto, Málaga se puede considerar mi ciudad de la infancia y la juventud; y Sevilla, la ciudad de mi madurez... Y como todo ciclo de la vida es un regreso, voy ,regresado, poco a poco a mis orígenes, amén de haber descubierto nuevos horizontes donde habitar largas temporadas, en el presente, y, sobre todo, en el futuro inmediato: a mi edad, el futuro es hoy... Hablo de mi venerada Galicia, a la que pronto regresaré por unos días...
Hoy, gracias al amigo Ismael Pla que nos ha traído un vídeo de Albéniz (Rumores de la Caleta) con fotografías de Málaga, he vuelto a recordar mi Málaga (todos tenemos una ciudad de la ciudad de cada uno: hay tantas ciudades de Málaga como malagueños hay)...
No me gustaban los curas; no eran personas preparadas para educar en libertad y respeto. Y aquella España que veía tampoco me gustaba... Pero sí recuerdo que me gustaba el mar de Málaga, la calle Larios (del Marques de), y sentarme en la Cosmopolita donde padre nos daba refrescos y cacahuetes salados en sus cáscaras, mientras él tomaba café y le limpiaban los botines que siempre le gustaba llevar. Y entonces le decíamos que estábamos hartos de los curas; y yo le rogaba que nos fuésemos a Coín... Muchas semanas (por entonces, los jueves por la tarde no había clases, pero sí los sábados por la mañana) nos íbamos los jueves a Coín y regresábamos el lunes; y todos nos presentábamos el lunes con una tarjeta de padre excusando nuestra ausencia por enfermedad. Como quiera que muchos curas nos daban sus clases en distintos cursos, y éramos cuatro hermanos, cuando le entragábamos la tarjeta al cura de historia, por ejemplo, el Llordén, decía en voz alta: ¡Vaya, de nuevo los García Vázquez han estado todos malos estos últimos días!... Y claro, la clase entera se reía y yo me enrojecía como un tomate...
Hoy he recordado mi Málaga; era sucia, incluso fea; pero siempre me gustaba salir del colegio para ir ala Calle Larios y bajar hasta el Puerto para ver el mar... Fue mi ciudad; es mi ciudad de la infancia y de la juventud... Y es mi ciudad, recuperada al fin: la Ciudad del Paraíso, como la llamó Vicente Aleixandre...
http://www.youtube.com/watch?
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