martes, 15 de noviembre de 2011

LA CIUDAD AL FIN RECUPERADA

Yo nací en Coín, un pueblo del Valle del Guadalhorce que está situado muy cerca de Málaga, la capital de la provincia. Pronto nos trajeron a los niños a Málaga, a estudiar. Y así, estuve 14 años en el Colegio de San Agustín donde acabé le Preuniversitario y, tras dos años en Sevilla, regresé a Málaga para terminar mis estudios de economía. Al pueblo sólo regresábamos los fines de semana y durante las vacaciones, que compartíamos con largas temporadas en Tolox, en la casa del pueblo, o en el campo, La Vegueta...
Luego, pasé por Cádiz unos años, y acabé en Sevilla, donde he vivido más de 28 años, para regresar de nuevo a Málaga, en cuya Costa del Sol vivo...
Por tanto, Málaga se puede considerar mi ciudad de la infancia y la juventud; y Sevilla, la ciudad de mi madurez... Y como todo ciclo de la vida es un regreso, voy ,regresado, poco a poco a mis orígenes, amén de haber descubierto nuevos horizontes donde habitar largas temporadas, en el presente, y, sobre todo, en el futuro inmediato: a mi edad, el futuro es hoy... Hablo de mi venerada Galicia, a la que pronto regresaré por unos días...

Hoy, gracias al amigo Ismael Pla que nos ha traído un vídeo de Albéniz (Rumores de la Caleta) con fotografías de Málaga, he vuelto a recordar mi Málaga (todos tenemos una ciudad de la ciudad de cada uno: hay tantas ciudades de Málaga como malagueños hay)...
No me gustaban los curas; no eran personas preparadas para educar en libertad y respeto. Y aquella España que veía tampoco me gustaba... Pero sí recuerdo que me gustaba el mar de Málaga, la calle Larios (del Marques de), y sentarme en la Cosmopolita donde padre nos daba refrescos y cacahuetes salados en sus cáscaras, mientras él tomaba café y le limpiaban los botines que siempre le gustaba llevar. Y entonces le decíamos que estábamos hartos de los curas; y yo le rogaba que nos fuésemos a Coín... Muchas semanas (por entonces, los jueves por la tarde no había clases, pero sí los sábados por la mañana) nos íbamos los jueves a Coín y regresábamos el lunes; y todos nos presentábamos el lunes con una tarjeta de padre excusando nuestra ausencia por enfermedad. Como quiera que muchos curas nos daban sus clases en distintos cursos, y éramos cuatro hermanos, cuando le entragábamos la tarjeta al cura de historia, por ejemplo, el Llordén, decía en voz alta: ¡Vaya, de nuevo los García Vázquez han estado todos malos estos últimos días!... Y claro, la clase entera se reía y yo me enrojecía como un tomate...

Hoy he recordado mi Málaga; era sucia, incluso fea; pero siempre me gustaba salir del colegio para ir ala Calle Larios y bajar hasta el Puerto para ver el mar... Fue mi ciudad; es mi ciudad de la infancia y de la juventud... Y es mi ciudad, recuperada al fin: la Ciudad del Paraíso, como la llamó Vicente Aleixandre...

http://www.youtube.com/watch?v=mpXBNT1GhWU&feature=share

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