domingo, 13 de noviembre de 2011

PRONTO VENDRÁ EL INVIERNO...


Falta sólo una semana para que, según todas las encuestas, los españoles les demos un poder sin precedentes a la derecha política de nuestro país. Los pueblos, dicen los historiadores que no se equivocan; yo sostengo que, al contrario, se han equivocado muchas veces; no digo poner en duda la verdad de la democracia: se vote lo que se vote hay que aceptarlo. Pero eso no significa que no se equivoque el cuerpo electoral; sobre todo lo suele hacer, equivocarse, en épocas de incertidumbre, pues se agarra cual enfermo terminal a cualquier cosa ante el desencanto de la medicina tradicional; en este caso descree ya de los que creyó que eran los suyos y siente que les han traicionado. 

Pasó con Hitler; quizá el caso más sangrantemente reciente... Y me temo que pasará el próximo día 20-N. Claro que ya somos bastante responsables como para volver a equivocarnos, pero ya sabemos que el hombre es el único ser vivo que tropieza dos veces... Y con la misma... 
Y es que me cuesta creer que un país socialmente progresista -si nos atenemos al nivel de rentas familiares y sus proporciones en el reparto de aquellas rentas, pues si nos atenemos a la educación y al nivel cultural, es un país reaccionario, donde un pequeño empresario esclavo de su negocio se cree Onasis y vota reacción siempre- pueda votar a la derecha; una derecha que ya quisiésemos, los que no somos de derechas, que fuese verdaderamente democrática en sus formas y en el fondo; porque, encima, la derecha política española está ausente de formas y fondo. 
Y también me cuesta creer que la mayoría del pueblo español aún no sepa quiénes y cómo nos han traído hasta esta situación y cómo se las gastan los gobiernos conservadores de Portugal, o de Irlanda, o de Inglaterra, por ejemplo...

Y para terminar, como no se tiene ya decencia pública ni se la espera, cuando ya no tienen discurso ante aquella juventud de la que se pavoneaban exitosamente como la más preparada de la historia de España, como dice Emilio Lledó  "se está enseñando a los chicos sólo a ganarse la vida, que es la manera más triste de perderla".

En fin; amanece este último domingo menos soleado que ayer, aunque con temperaturas aún suaves: el Sur del Sur es mi paraíso. Aunque, al parecer, pronto será vestido de oscuridad, de ceguera y de invierno...

Menos mal que nos quedan refugios... Aquellos que necesitamos siempre...

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