viernes, 2 de septiembre de 2016

ESPAÑA SIGUE PRESA DE SUS DEMONIOS

Bueno ya ha pasado lo que me temía: la nada...
Desde ayer intenté, desdoblándome al modo pessoano en otro heterónimo mío más comprensivo y esperanzado, analizar la realidad triste que nos asola. Mantuve, como mantengo, que España necesita con urgencia una profunda regeneración de todas sus instituciones públicas (Administraciones Públicas, Justicia, Parlamento, Organizaciones Sociales, Medios de Comunicación públicos, etc) como privadas (Asociaciones de todo tipo, Medios de Comunicación Privados, Educación Concertada, Sanidad Privada, etc), así como de su estructura como país, pasando de una España de las autonomías -que tiene altas disfunciones, acabando por el Senado- a una España Federal, dentro de una Europa Política y Federal.
Y desde ese planteamiento, y dados los graves problemas de nuestra ciudadanía (paro, una economía arruinada y sin un papel específico en el escenario político-económico continental, empleos precarios, sueldos bajos, escasos recursos públicos para financiar los servicios públicos básicos, etc), intenté analizar qué sería lo mejor para todos nosotros, un país que está intervenido por la UE con una enorme crisis financiera y arruinado: debemos hasta de callarnos, que dicen los castizos...
Y así, aposté por la abstención de Sánchez hoy en el Congreso, lo que hubiese posibilitado la formación de un Gobierno, que urge, y en minoría lo que posibilitaba el condicionarle todas las políticas, políticas que serían necesariamente pactadas por falta de apoyos en el Congreso de aquel Gobierno, y que , por tanto, serían buenas para los españoles (la democracia es consenso y acuerdos, no frentismo, ese mal español eterno y frustrante), y sin el desgaste de poder alguno si alguna de aquellas medidas fuese errónea o con elevados costes sociales y políticos, como los que nos esperan pronto en cuanto la UE se vuelva a poner las pilas y nos llame al orden por excesos de déficit, unos excesos inevitables dado que hace falta una reforma fiscal que aumente los ingresos públicos, que como siempre será con una mayor presión fiscal para con las clases medias, cosa que de haberse pactado sería distinta...
Y claro, aunque me esperaba todo tipo de quejas y de rechazo, quizás lo que más me ha sorprendido es el lugar común de la mayoría:
"-¡PERO CÓMO VAMOS A CONSENTIR UN GOBIERNO DE CORRUPTOS!"
Y digo que no me esperaba estas quejas y estas reacciones por parte de la mayoría de los que han intervenido porque creía que todo el que me sigue, el que me conoce desde hace tiempo y amigos de verdad, físicos, reales, casi familia, debería haber tenido presente lo que pienso de esta gentuza de los PPros que nos gobiernan. Pero, al modo Pessoa, intenté transformarme en otro que me visualizara sin ser yo, quitando mis prejuicios ideológicos de asco, y sólo tuviese en cuenta el interés general de mis conciudadanos, de mi país, de mi gente...
Y hete aquí la gran sorpresa: la cantidad de lugares comunes que he podido aglutinar en un día y medio da para un estudio sociológico. Y, por otro lado, me queda una tremenda melancolía de todo esto: gente que creí alta en su categoría intelectual me ha defraudado mucho. Y eso es lo peor de todo este proceso que he llevado a cabo a modo de analizar lo que ocurre en este país últimamente...
Sinceramente, ese sentimiento del fervor caído es lo que más daño me ha producido, más allá de constatar lo mucho que este país nuestro ha regresado a la caverna, al pasado, al frentismo, al guerracivilismo, al y tú más, a lo oscuro, a lo siniestro de la mentira y la banalidad, a la locura de la nada...
Lo siento; todo fue un experimento que me ha enseñado una cosa con nitidez: este país sigue preso en sus demonios.

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