jueves, 1 de septiembre de 2016

EL DÉFICIT DEMOCRÁTICO: NUESTRO SINO

Lo decía en otro post: nuestra historia reciente condiciona nuestro presente y, me temo, hará lo mismo con nuestro más cercano futuro...
El no haber habido en España una condena colectiva, de todos, de nuestro pasado más cruel y reciente, el hecho de no haber reconocido que hubo unos derrotados a los que homenajear en su decencia y no olvidar en cunetas y agravios, tiene, por fuerza propia, unas terribles consecuencias: somos una sociedad fallida, frentista, dualista, cruel y bárbara.
Sólo sabemos de enfrentamientos, de odios, de muerte...
En eso somos bastante expertos...
También sabemos de todas las soberbias...
Y somos tan soberbios que ni siquiera cuando vemos la herida cerca somos capaces de curarla. Nos empecinamos en nuestra falsa verdad frente a todo lo que sea cambiar de posición.
Y es que la dictadura, la postguerra después de una guerra tras un golpe de estado militar, cuando aún viven muchos de sus protagonistas sin haber habido un cierre digno de todos los errores colectivos y de todos para con todos, mientras eso sea así, no habrá verdadero proceso de pasar página y construir futuros y seguridades jurídicas individuales y colectivas...
Seguimos siendo un país, una sociedad, predemocrático y premoderno...
Y si bien los partidos políticos hubo que consolidarlos en la transición, como instrumentos de participación política, y hubo que protegerlos en aquella consolidación, hoy sólo deberían ser lo que son constitucionalmente, meros instrumentos de participación política y no fines en sí mismos y patrimonializados por sus sectarios militantes, unos militantes que sólo ven el mal en el adversario, sabedores de que muchos de ellos viven como oficio de esa posición y de ese estatus.
La culpa no es de nadie en particular sino que es una culpa colectiva: nada es gratuito tras tantos años de silencios y penumbras en territorios de odios y memorias sin olvidos...
Pero si algo hay más reaccionario que una falsa verdad, es intentar imponerla a los demás.
Ay, qué dolor!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios