miércoles, 21 de septiembre de 2016

AYER SE ME FUE MI MARINERO SIN TIERRA...

Y fue, sí; de muerto...Me enteré en la mañana. Desde hacía días sabía que era inminente...
Desde los últimos de agosto no sabía de él. Una amiga me informó: estaba muy malito...
Lo conocí hace unos años (de todo en mi vida hace unos años ya). Amaba Galicia, su Galicia, su eterna Galicia. Y admiraba a Portugal. Y me quería. Y yo lo quería...
Era bueno, demasiado bueno para este mundo. Y era un perdedor; sí, formaba parte de esa legión de gente que vamos sobreviviendo en este lodazal de mundo...
Pero sobre todo, era un derrotado: de la vida, del amor, de la ternura... Por eso era poeta: tenía que escribir para escupir tanta desolación y tanta agonía...
Se me ha ido; se nos ha ido. Dicen que al fin descansa; y es verdad; ya descansa... Pero nosotros, los que a diario gozábamos de su sensibilidad y de su melancolía de derrota, de su amistad y de su bondad, estamos desolados, idos de miradas, ausentes de todo: ese estado de éxtasis en el dolor; un dolor en el que él permanecía desde demasiado tiempo ya...
Se me ha ido, sí; pero siempre me quedará su memoria, su afecto y su bondad para con los demás, nosotros, sus amigos, sus compañeros también de tantas derrotas ya...
Descanse en paz un hombre decente, humano, que me quiso como a un hermano y que quise como tal, y que amaba la vida a pesar de que la vida siempre le fue ajena y cruel...
P.S.
Y en cuanto me recompuse un poco me vine al mar, ese mar que tanto añorabas, Marinero sin tierra...
Tú también has ido hoy al mar, pero has ido muerto, como dijiste que irías...
Tú, al menos, ya descansas en él, sí; pero tus amigos nos quedamos aquí, sin ti, más solos, y, sobre todo, con más dolor de tu derrota...
Descansa en paz, querido Marinero sin Tierra...


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