A ver... No me gusta Ciudadanos: los llamo los nuevos lerrouxistas copiando a un querido amigo; tampoco me gustan los líderes de Podemos, no lo que representa Podemos, no más que todo el espacio de una cierta marginalidad crecida al calor de la crisis y que antes ocupaba IU (al que han fagocitado hasta la muerte, aunque son los mismos y provienen de lo mismo, del pasado); tampoco me gustan los actuales dirigentes del PP, un partido necesario para la cohesión social de España, pero no este PP franquista...
Pero sucede que lo que yo piense no es nada; que mis gustos son los que son; y que por suerte o por desgracia, mi opinión sólo es una, no la de todos. Y resulta que la de todos ha dibujado un mapa social y político complejo; como compleja es la sociedad en la que vivimos... Y me parece patético leer lo que estoy leyendo; tanto rasgarse las vestiduras de tantos... ¿A qué juegan?
Decía Oscar Wilde que detrás de toda obra de arte hay una gran miseria, y es verdad; pues imaginemos detrás de cada obra de lo cotidiano y vulgar del vivir o existir... Si en el arte hay miserias, ¡qué no habrá en este lodazal de mediocres proclamando sus apetencias acusando a los otros de traidores!!!
A Sánchez, el Rey, nuestro Jefe de Estado mientras no se demuestre lo contrario, le ha encargado la posibilidad de que sea investido Presidente del Gobierno de España. Y en cuanto ha iniciado acuerdos para poder serlo (¿hay que que recordar que el PSOE sólo tiene 90 escaños de 350?) aparecen, no ya sus adversarios políticos que juegan a eso, a la adversidad, sino analistas y gente del mentidero soliviantados y gritando a los cuatro vientos que ¡¡¡Sánchez es un traidor!!!
Pero de qué van? Acaso olvidan lo que ha decidido el pueblo español en las urnas? Acaso no es el encargado de recabar los apoyos para formar un gobierno? Por qué se le niega el pan y la sal?
A veces siento que estoy en un desierto; pero no de arena, sino de inteligencia y razón...
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