jueves, 26 de junio de 2014

UNA REFLEXIÓN A RAÍZ DE LOS PLANES DE PENSIONES DE LOS EURODIPUTADOS

Hace tiempo ya quise hablar de esto; pero entre unas cosas y otras…De hoy no podía pasar.

Vivimos tiempos extraños, donde, al parecer, todo vale con tal de dañar al otro o echarle las culpas a otros… Y como todo se manifiesta en un espacio donde no abunda precisamente la honestidad intelectual, sino donde se destaca por decir la pamplina más grande siempre que se vista de izquierdismo y de progreso ficticio, pues eso, ya está abonado el terreno para el triunfo de la demagogia, de los púlpitos y de los ayatolás salvapatrias y vidas colectivas, tanto por la derecha (los ultras xenófobos y fascistas escarbando en el lodo del miedo) como por la izquierda (izquierdistas de salón, demagogos disfrazados de demócratas, rentabilizando en apoyos políticos las tragedias ajenas).

Nada nuevo; salvo ciertas derrotas en forma de fervores caídos y payasadas de gente a las que se les suponía altura intelectual y experiencia suficiente como para no caer en la trampa; pero ya se sabe que los sentimientos superan siempre toda razón…

Desde los años 80, con la Escuela de Chicago a la cabeza vociferando las bondades del liberalismo económico sin frenos ni normas, y con políticos poderosos ad hoc, como el actor secundario en EE.UU. y los torys de Tatcher en el Reino Unido, así como la globalización financiera que avalaban e imponían por todo el mundo, el mundo financiero produjo excesos de liquidez monetaria que acabaron en burbujas inmobiliarias y financieras, con la consiguiente crisis de deuda de los países más débiles y menos estructurados social y económicamente, y pobreza al fin y al cabo en todos esos territorios. Sí, se globalizaron las finanzas, pero no se globalizó la política; es decir, no hubo normas, no hubo regulación ni hubo voluntad política de poner un mínimo orden a aquella globalización; una globalización que creímos buena para todos al hacernos partícipe en la parte informativa y comercial, que no política y social. Y en Europa, para más inri, la implantación del euro no fue acompañada de una armonización fiscal, laboral y política, llegando a promover así verdaderos paraísos fiscales dentro de la propia área del euro (ver el caso de Irlanda, por ejemplo).

A esta realidad se ha unido la crisis de liderazgo de la izquierda europea, sí; como no, también la izquierda europea es culpable, entre otras cosas por no ser clara y no ser responsable y tratarnos como a imbéciles en vez de como a ciudadanos responsables; pero sobre todo es una crisis de la política: llevan muchos años trabajando para esto, para no tener normas, límites, los poderes financieros mundiales; la política nunca mandó del todo en el orden social y económico de las sociedades; la política sólo ha sido un instrumento para organizar la sociedad, para los consensos mínimos y necesarios; para superar la barbarie, los conflictos… Sólo ha sido eso siempre. Tras la Segunda Guerra mundial, y sólo en Europa y algunos países como Canadá, por ejemplo, se avanzó en políticas de igualdad de oportunidades y en el desarrollo de servicios públicos básicos, como la educación, la salud y los servicios sociales para el decoro de una sociedad que producía excedentes y los repartía vía fiscal y gasto público, que a su vez generaba riqueza y creaba empleo con políticas de inversiones públicas… Todo ese mundo que se construyó entonces se ha ido desmoronando por mor de los intereses de los poderes financieros que dijeron basta ante el avance de los países en desarrollo y los emergentes, que han impuesto la agenda del bajo coste como componente básico de la competitividad comercial en un mundo sin regulación de las finanzas internacionales y donde no han sido capaces de ponerle el cascabel al gato al trasvase del ahorro mundial de un lugar a otro del planeta en busca sólo de la mayor rentabilidad a corto plazo. Porque ya me diréis cómo desde España, por ejemplo, ZP, o Rajoy hoy, o el de Podemos mañana que dice gobernará, y los de IU y UPyD y Equo, y los que queramos señalar que haga falta, cómo desde este país nuestro se podría acabar con los paraísos fiscales, por ejemplo, sin que los líderes del mundo tengan la misma voluntad de acabar con ellos; y como ejemplo, ahí esta Gibraltar, un paraíso fiscal dentro de nuestro territorio y no hemos sido capaces de solucionarlo… Ah!, amigo: todo no es discursear; hay una compleja realidad de por medio… Y claro, los de IU todos los días con esa cantinela de las finanzas y los paraísos fiscales, y resulta que al final, porque todos somos parte del sistema, lo queramos o no, pues han pillado a más de uno con una sicav, que es legal porque el mundo lo ha permitido; y el mundo somos todos. Que sí, que hace falta una gobernanza mundial claro; pero ¿quién la organiza? ¿ZP? ¿El de Podemos cuando gobierne?
Me resulta curioso ver cómo han criticado el rescate de nuestro sistema financiero sin decir toda la verdad; es verdad que debía estar más de uno ya en la cárcel, y más de dos; pero a veces se nos olvida que los bancos, más allá de sus golfadas y que deberían pagar con la cárcel aquellos golfos, el sistema financiero, digo, somos todos: el dinero de los bancos son nuestros depósitos, nuestras cuentas corrientes; nuestros préstamos, nuestras hipotecas, nuestras visas… Y si el gobierno hubiese dejado caer, por ejemplo, Caja Madrid, ¿acaso no estarían los ciudadanos reclamando sus depósitos, sus cuentas corrientes, sus planes de inversiones y planes de pensiones? Más allá, insisto, de las responsabilidades penales y de todo tipo de tanta gentuza que ha estado dirigiendo esas entidades de crédito, y de cómo han filtrado el rescate bancario a través del Frob para asegurarse el cobro del mismo, lo que ha supuesto de facto un rescate al país. Y quizás no haya alternativa, pero hay que decirlo a los ciudadanos con claridad, sin demagogia de todo tipo y parte.

¿Y cuántos planes de inversión y planes de pensiones de muchos de nosotros (y de muchos de aquellos políticos del púlpito y de los propietarios de los medios que los vociferan), no estarán depositados por parte de nuestros administradores en paraísos fiscales, o en una sicav, para darnos la rentabilidad que nos dan? ¿Acaso sabemos todos dónde van nuestros depósitos en préstamos que otorga la entidad financiera donde tenemos las cuentas y los depósitos? ¿Acaso no van a empresas que producen en China a bajo coste y luego vamos a sus tiendas y compramos sus productos, ordenadores, ropa, comida, etc? ¿Acaso el líder de Podemos no hace eso? ¿O tiene el dinero debajo del colchón de su cama? Y si lo tiene debajo del colchón, ¿ignora que eso está mal hecho y es de avaros y de poco solidarios, pues el dinero, el ahorro, tiene que fluir para que haya riqueza y empleo?

¡Ya está bien de demagogos y de decir mentiras basadas en un buenísimo que la realidad niega a diario! Y ya está bien de políticos deshonestos intelectualmente que sólo buscan el poder y desarrollar su ambición de poder desmedida y cutre hasta en sus obviedades y principios.

Por tanto, sí, la política ha perdido tanto peso con la globalización financiera que decir que la culpa es de la izquierda que no ha sabido estar a la altura es algo más que una banalización: es toda una intencionada batalla creada por la propia estructura de poder del establecimiento. Porque si un iluminado tiene público hoy es porque hay soportes mediáticos que les dan púlpito. ¿Desde cuándo está apareciendo el fenómeno Iglesias en el grupo de la Sexta y Público? ¿Acaso el dueño de la Sexta no es un empresario conservador y cercano al régimen actual de pensamiento liberal en la economía europea? Lo vengo denunciando: hay maniobras oscuras para que el PSOE siga debilitado a corto y medio plazo, para rematar la faena que han iniciado…

Hace más de seis años ya que estalló la crisis que tenía que estallar tarde o temprano; una crisis que nadie en el poder político quiso prever, ni quiso atajar después, cuando las evidencias, con la valentía exigida para con los líderes… Y se oyó de todo: la crisis era producto de la falta de políticas progresistas de la escasa izquierda que gobernaba algunos países de Europa, los más endeudados precisamente y a los que enseguida impusieron una disciplina presupuestaria que todos vimos que sólo traería, como así fue, una recesión económica que ha dejado economías enteras y países enteros arruinados y con un inmenso desempleo. Y claro, lo de siempre: las radicalizaciones a un lado y otro, y el triunfo de las derechas…
Porque el problema era, decían los predicadores, que la izquierda había renunciado en Europa a hacer políticas de izquierdas y que para hacer políticas de derechas, mejor el original… Más allá de que, por ejemplo, el PP en España iba a acabar con el elevado paro existente por la herencia del PSOE, que era el verdadero problema de España, el gobierno del PSOE, y basta ver la realidad hoy en España, una España que vuelve a las andadas, a la mediocridad de sus dirigentes y a la falta de miras y de futuro para con su gente más preparada y joven. Este era el paraíso que traería el PP…

En suma: más rigor, menos demagogia, y me alegro de lo ocurrido con lo de los planes de pensiones de los europarlamentarios: que aprendan a dejar la demagogia, pues todos somos el sistema y todos somos culpables; basta ya de buenísimos y de púlpitos y pongámonos las pilas; y seamos todos honestos con las cosas del comer y del querer; y nunca coquetear más con las cosas de las mentiras y las falacias. Que somos adultos y ciudadanos; no imbéciles y súbditos como algunos pulpiteros mediocres nos quieren.

Y lamentar que gente batallada y a las que se les presumía rigor, desde ciertas barreras hayan perdido los papeles...
Pero nadie es perfecto y todos perdemos la razón ante los sentimientos...

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