miércoles, 4 de junio de 2014

UNA HISTORIA, UNA PROPUESTA

Sostengo (yo, mi opinión: no intento tener la verdad; en todo caso, es mi verdad) que después de los últimos años de Felipe era previsible un cambio en el mapa político español. Llegó el PP y de aquellos lodos estos polvos: la expansión crediticia hacia el ladrillo especulativo acabó con el sueño español de parecernos a las democracias occidentales más prósperas: todo fue especulación y negocio cortoplacista fullero y fiscalmente opaco, con el visto bueno de notarios y otros funcionarios públicos, ayuntamientos incluidos, que se financiaban de esa especulación, como también los partidos políticos y otras instituciones (fútbol, grupos mediáticos, etc).

Y cuando íbamos a seguir en esa línea de expansión de la burbuja, la política exterior de aquel hombre que se creyó emperador (para nota la foto de su familia con el Papa de Roma, cual virrey de las Américas pos Colón) llegó el atentado terrorista más sangriento de la historia de España de manos islamistas. La mentira y los consejos del marido de la otrora alcaldesa de Málaga acabaron con la primera era del PP. Y llegó ZP, el que no contaba dentro del PSOE; pero maniobras en la oscuridad lo elevaron al primer puesto: no olvido aún la carita de Bono de aquel momento. Y si no contaba para el PSOE, tampoco para la sociedad española en su plasmación: el gobierno sólo es un reflejo de la sociedad... Y más allá de sus políticas sociales (cortas, desde mi punto de vista, al tener superávit en las cuentas públicas, cosa de la que fardaba y que eran obscenas en un país con tantos déficit en servicios sociales), como el matrimonio gay y la ley de dependencia (que no financió correctamente), estaremos de acuerdo que su visión de la crisis que ya teníamos encima fue nefasta, y que si bien intentó cortar el crecimiento de la burbuja al anular las desgravaciones por compra de vivienda, en cambio fardaba también de la bondad de nuestro sistema financiero, que en sus cajas estaba podrido.

Y claro, le estalló en las manos la noche aquella de mayo de 2010 y que, en vez de exigir de Europa, con las alianzas oportunas y las amenazas pertinentes, otro calendario en los ajustes presupuestario y fiscales, pues eso, se reconvirtió al liberalismo y echó en falta entonces aquellos 400 euros que nos regalo, el cheque bebé y la anulación del impuesto de patrimonio... Y claro, apareció el doble discurso, justificar lo injustificable y caer en la trampa de la troika. Cuando lo que debió hacer fue dimitir, convocar elecciones, y hoy otro gallo cantaría... Pero claro, se enrocó y los españoles, ese cuerpo electoral que no repasa la historia y la repite constantemente, trajeron al gallego con mayoría absoluta; y ahí sigue, con tanta corrupción con la que tienen encima, con tanto paro como han creado, con tanto desalmado al frente de todas las instituciones, y con un PSOE jugando si a la república o a la monarquía quiere más... Inaudito...

Creo ser honesto al considerar que la gestión de ZP en lo económico (a fin de cuentas, lo fundamnetal en épocas de crisis) es lo que ha hundido al PSOE en su actual situación. Rubalcana recibió una herencia (eso que tanto gusta a otros) impresentable, cabizbaja, derrotada, sin aliento. Aunque quizás debió dimitir aquel día de noviembre de 2011 tras el batacazo; de haberlo hecho, el PSOE hoy tendría resuelto todo el asunto que se le avecina. En suma:

1. Por mor de ZP está el PSOE donde está, jugando a la república en vez de estar reorganizando una alternativa creíble.
2. Por mor de Rubalcaba ha perdido dos años vitales.
Conclusión: todo lo que huela a ZP y a Rubalacaba en la renovación del PSOE está invalidado de salida. Y pongo nombres: Chacón y Madina son ZP. Como Valenciano era, fue, Rubalcaba, y así resultó el resultado.
Por tanto, el candidato con más garantías de renovación tiene que ser uno nuevo, sin ligazón con ZP ni Rubalcaba; sin pasado político, sin referencias...
Sólo se me ocurre un nombre: Pedro Sanchez Perez-Castejon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios