El día me trajo flores calladas; tras una noche hermosa, al llegar a casa y encontrarme gestos escritos de ternura y afecto, amaneció de primavera: El mar era de azul intenso y reposado; el aire era de quieto; y la luz, tan elevada, iluminaba las sombras... Y el cielo era claro e infinitamente limpio...
Reconocozco que soy un privilegiado al que este mundo acoge en sus formas y en sus modos; muchas veces, las más de las veces, insoportablemente insufribles; pero a veces, pocas veces, enormemente hermoso...
Son momentos escasos, aunque quizá por eso lo hacen más elevados y apetecibles...
Y es que yo ya no sabría vivir sin esas flores que me trae, de vez en cuando y en silencio, la vida...
Pero que se rompa el silencio para oír EL MAR...
Reconocozco que soy un privilegiado al que este mundo acoge en sus formas y en sus modos; muchas veces, las más de las veces, insoportablemente insufribles; pero a veces, pocas veces, enormemente hermoso...
Son momentos escasos, aunque quizá por eso lo hacen más elevados y apetecibles...
Y es que yo ya no sabría vivir sin esas flores que me trae, de vez en cuando y en silencio, la vida...
Pero que se rompa el silencio para oír EL MAR...
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