jueves, 15 de julio de 2010

LA CRISIS...

Es cierto que cada día los economistas sabemos menos de economía; sobre todo porque el mundo está cambiando y aún no sabemos qué va a pasar con claridad...
Lo que sí parece cierto es que, si ya la crisis iba para largo, el implementar medidas restrictivas de gasto público y de inversión pública, medidas que nos han impuesto los de siempre, con el argumentario del dichoso Plan de Estabilidad europeo, sin una unión económica, sólo monetaria, sin cocordinación laboral, fiscal, etc, y encima sin que el crédito llegue a las empresas, con caidas de la capacidad de consumo familiar (recorte sueldos funcionarios y reforma laboral, que no es sino una caída de la masa salarial) con todos esos factores, ya digo, si esto iba para largo, estas medidas van a tener un efecto mucho más negativo de lo que de por sí nos esperaba. Por una razón: se caerá el consumo de las familias añadido a la caída -ya decidida por el Gobierno- del consumo público; y esto llevará al cierre a muchas empresas al no vender sus productos. Consecuencias: subirá el paro, y subirá el gasto público para atender a los parados (parados que serán de larga duración: la economía no crecerá lo suficiente como para absorber ese paro a medio plazo); al mismo tiempo, bajará la recaudación del IVA al caer el consumo. Con lo cual, el gobierno no reducirá el déficit al tener que atender más parados; y los ingresos públicos tampoco crecerán, al caer el IRPF como consecuencia del paro y de la caida de las rentas salariales, amén de la caída del IVA por la caída del consumo.

En suma, el recorte de gasto no atajará el déficit y se incrementará el paro, amén de retarsar en el tiempo la salida de la crisis... Creo que está más o menos claro.
Y para colmo, nuestra esperanza era que Alemania tirara de nuestra economía, y también ha entrado en esa absurda y perversa dinámica de reducir el déficit a través también de la reducción del gasto y de la inversión públicos.

Y un asunto clave: no se vislumbran contrapoderes claros y capacitados. Estamos solos, derrotados. La izquierda social no tiene amparo en la izquierda política, de la que sólo quedan liberales en lo económico, que están poniendo en cuestión las conquistas sociales por falta de financiación, o trasnochados y erróneos discursos de siempre: ya no valen los análisis que se siguen haciendo; los trabajadores europeos conforman clases medias acomodadas muy reaccionarias, conservadoras, y que además recientemente han votado en Inglaterra y Alemania y han votado conservador o liberal... ¡Y no hablemos de los sindicatos, que sólo representan a aquellas clases trabajadoras acomodadas!... ¿Quién defiende a los parados? ¿Y a los mileuristas?. ¿Y las familias que apenas tienen para comer, quién las representa?...
Esa es para mi la gran tragedia de esta situación: los contrapoderes están ausentes... O revisando sus miserias... Y no creo en refundaciones de la izquierda tradicional: hay que cambiar el modelo de participación de análisis, de factores sociales... Tenemos que rehacerlo todo desde cero. No creo en alternativas al PSOE; es el PSOE el que tiene que cambiar sus análisis y sus alianzas sociales...
El futuro es incierto, pero el pasado está para rectificar el presente.

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