jueves, 18 de marzo de 2010

UN RAYO DE LUZ EN UN DIA NUBLADO

Hoy, en la mañana, estuve con Andrés Arenas, gracias al sobrino Nono que concertó el encuentro.
Y ha sido muy agradable; como agradable es siempre encontrar gente honesta, culta y con capacidad para reconocer aún las cosas verdaderamente importantes de la vida. Y todo ello a pesar de todos los que intentan anular aquella honestidad, y a pesar de todos aquellos que también intentan acabar con la capacidad de reconocimiento de la belleza, la inteligencia y la sencillez de algunos seres humanos; minoría, por desgracia, pero vivos, al fin y al cabo...
Es entonces, en ese afán por acabar con lo brillante y minoritario, con lo difícil por inteligente, es entonces, digo, cuando triunfan los mediocres, cuando se regodean de sus hazañas y cuando se sienten fuertes los que se creen poderosos porque adormecen a las masas descargadas de futuro...

Tras el encuentro, fui a comer con los Marqueses: chirlas, quesos, ensaladas, solomillos y vinos... Y las primeras torrijas de Pasión... Maravillosa comida y cómplice reencuentro con los marqueses, tan importantes en nuestras vidas...

De regreso a mis estancias, nubes cortaban la luz del atardecer... Curiosamente, no me importó su grisura...
Al fin y al cabo, hoy tuve un rayo de luz en un día nublado...

P.S. Andrés Arenas, en la dedicatoria de su libro (Viajeros y Turistas en la Costa del Sol, de Rilke a Brenan), que le solicité, me dice:
Para Javier, un rayo de sol en un día nublado.
Que los dioses te acompañen. Un abrazo.
Andrés Arenas.
Málaga. Marzo 2010

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