viernes, 19 de marzo de 2010

ADIOS A DOS HOMBRES INTEGROS, HONESTOS Y SABIOS...

Ayer me comentaba Andrés Arenas que ya no quedan sabios...
Y comentábamos, también, que hoy, cuando más acceso se tiene a la información, es cuando menos formación hay en lo que a sabiduría se refiere. Y los pocos que lo son, los pocos que forman referentes, se nos van yendo uno a uno...
Estos días se nos han ido dos de ellos; que además, no sólo eran sabios, sino también, íntegros y honestos (lo de la honra forma parte de lo privativo; nunca me gustó esa palabra tan caragada de moralina y ligada a la sexualidad; prefiero la honestidad a la honradez para definir la reputación de las personas); estos días, decía, se nos han ido dos grandes referencias: Delibes primero, y luego Vidal-Beneyto.
Y mi admiración y respeto para ambos no suplen mi horfandad y mi desconsuelo ante tanta soledad, ante tanto páramo intelectual en el que se está convirtiendo esta España muerta; y si de aquel, de Delibes, siempre nos quedará su obra, tan amplia como digna y sobria, de Vidal-Beneyto, sí, también nos quedarán sus ensayos, sus artículos, su obra..., pero siempre echaré en falta aquella columna en EL PAIS que siempre nos llegaba cargada de crítica, de razonables exigencias y de proclamas en favor -constantemente, una y otra vez- de los más desprotegidos de la sociedad.
Y en este adiós a dos hombres sabios, íntegros y honestos, mi desnudez se hace aún más patente y débil...

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