sábado, 21 de abril de 2007

21 DE ABRIL DE 2007

…”Hubo un tiempo sin libertad en que parte de mi generación se acogió sentimentalmente a Francia. En su Asamblea Nacional, a cuya tribuna se accedía con el único requisito de enseñar el pasaporte, viví por primera vez la emoción de un debate político, admiré la cortesía entre adversarios, aprendí cómo nacía y cómo se expresaba la voluntad de una Nación. Seguíamos las elecciones francesas con el interés y la pasión que se nos prohibían en nuestra casa. Hoy se trata de mucho más: son unas elecciones propias. Su resultado influirá en nuestro destino, nos afectará el programa ganador. En parte como vecinos (agricultura, pesca, inmigración, terrorismo...) pero, sobre todo, en lo que atañe al futuro de la Unión Europea. Francia -también Alemania- sigue marcando el rumbo y la velocidad de Europa”...

Estas palabras las escribe hoy Pedro Aparicio en el SUR de Málaga, dentro de su sabatino articulo en este diario. También dijo -en otro artículo de este mismo periódico- algo así como que el hecho de haber estado en París siendo muy joven hace que a partir de entonces, en la vida, todo irá a peor…
Ciertamente me emocionan estas palabras… Pareciera que los que anduvimos por aquella Francia mítica durante el franquismo tenemos esa referencia de la libertad y de la fraternidad que sólo Francia ha sabido mantener a lo largo de su historia. Y constatar que ese fenómeno trasciende lo personal para hacerse colectivo, definitivamente me conmueve…
Pero como nosotros los de entonces ya no somos los mismos, ni la Francia de entonces es la misma (cuando ahondamos en el papel de Francia en momentos claves de la historia reciente, se nos caen muchos mitos sobre aquella “Grandeur de la France”), y cuando van a las urnas, una vez más, afortunadamente para ellos, como dice también Pedro hoy, no ganará el más europeísta, el liberal, el único que ha hablado claramente de una Europa federal. Los demás serán reproducciones de lo mismo de siempre: gaullismo, social-liberalismo sin norte claro (tras iniciar un viaje hacia el centro, Royal ha reculado hacia Mitterrand) y los de siempre en el resto; es decir, Le Pen (aunque sigue fuerte no irá a la segunda vuelta, al parecer), los comunistas, los verdes, etc.
En cualquier caso, mañana será una fiesta de la democracia, en un país en el que yo votaría: hay primarias, hay distritos, hay debates, y es una de las democracias, tras Inglaterra, de las más sólidas del mundo. Y sobre todo porque, como dice Pedro hoy, parte de mi generación se acogió sentimentalmente a Francia.

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