viernes, 20 de abril de 2007

20 DE ABRIL DE 2007

12,35 horas…

Al entrar en Puerto Marina, en Banús, una extranjera lleva en un cochecito a un pequeño bebé (calculo que de dos o tres años, +/-) que lleva puesto oxígeno por la nariz (respiración artificial) y un chupete. Sin que la madre se diese cuenta, ni él, me detuve distraídamente en ver su comportamiento respiratorio; y la barriguita subía y bajaba a la misma velocidad que me sucede a mí cuando me ahogo… Y, como siempre llevo Ventolín por si las moscas, estuve a punto de enseñárselo por si al reconocerlo me lo pedía… No se lo hubiese dado; es una guarrada, pues hay que chupar, pero sí hubiese servido para decirle a la madre que necesitaba una inhalación. Pero me contuve al comprobar que tenía el chupete puesto y que estaba con la mirada perdida en el infinito, como con paz o abatimiento o conformidad, como con complacencia por lo crónico e inevitable de su enfermedad, como con derrota y renuncia ante lo estéril de dar alguna batalla más allá de socorrer los síntomas: su enfermedad, como la mía, no tienen solución.
Pero lo que me llenó de amargura y tristeza fue ver que, si bien lo mío, como lo suyo, no tiene arreglo, gracias a que me cuido aún no me han puesto respiración artificial, y espero que tarde bastante. En cambio, esta criatura que me ha revuelto el alma sólo tiene dos o tres años y ya respira con rapidez (como cuando me ahogo) y ya tiene respiración artificial…
Y me hundí, con todas mis miserias, en un lamentable estado de tristeza y de amargura…

20,15 horas...

Titular de prensa: “La ley de Memoria Histórica declarará ilegítimos los juicios del franquismo”.
Al parecer, PSOE e IU han llegado a un acuerdo para desbloquear la norma que anulará las sentencias dictadas en la posguerra. Y el PP no ha tardado en acusarles de enterrar la transición.
Sorprende que tras tantos años de democracia (?) la derechota siga anclada en la defensa de aquella ilegalidad cual fue el franquismo; y en vez de acusar a la izquierda de enterrar la transición, lo que debería hacer es condenar de una puñetera vez la atrocidad que fue aquel régimen de terror, de miedo, de locura, de asesinatos viles, sin juicios o con juicios sin las mínimas garantías o pruebas de culpabilidad. Es más, mientras la derecha política de este país no condene definitivamente el franquismo, para muchos ciudadanos, para millones de ciudadanos libres de este país, esta derecha política será siempre sospechosa de colaboracionista, de heredera de aquel ideario político y de intentar recuperar aquel régimen si a través del sistema democrático no consigue el poder (la FAES parece estar atenta y ojo avizor; y el papel desarrollado por su responsable durante toda la actual legislatura, así lo indica).
Y les queda poco tiempo: la sociedad española es lo suficientemente madura como para saber que los representantes actuales de la derecha política no son trigo limpio; y se está hartando de tanta desfachatez, de tanta mentira y de tanta falta de rigor. Afortunadamente, se esperan cambios en la dirección de esta derecha política; y serán más pronto que tarde. Estemos atentos.
Y bienvenida sea esta esperada ley. En cualquier caso, más temprano que tarde los hombres honestos, libres y cultos pondrán las cosas en su sitio; y así, aquellos ciudadanos que intentaron vivir con dignidad tras ser acusados de no se sabe qué, sólo por ser demócratas, cultos o librepensadores, serán reconocidos y repuestos en su honor por la dignidad colectiva de los españoles que queremos vivir en paz y en libertad.

23,35 horas…

"Hay que retroceder y no hacer un Tratado Constitucional en la UE"
Esto lo dijo ayer Tony Blair, primer ministro laborista (?) del Reino Unido, durante una entrevista con los corresponsales de los principales medios europeos en Londres y a modo de despedida, de legado político, del traidor oficial del laborismo histórico… La tercera vía se ha diluido y ha sido la mentira de siempre: el pensamiento único disfrazado de modernidad. Pero no nos extrañamos: siempre supimos que el peor enemigo de la Europa política estaba en la propia Europa. Y que este enemigo no era sino la Europa económica, la Europa del libre-mercado, la Europa de las finanzas…; como siempre, los territorios frente a los ciudadanos; los dineros frente a las personas…
Y es que la modernidad nos trajo el entierro definitivo de las utopías, de las ideologías, de la esperanza… Y se han impuesto el posibilismo, la globalización del poder económico, financiero, industrial… Pero no se ha impuesto la solidaridad, ni la globalización de las personas, ni de su bienestar, ni de su felicidad.
Y no sólo se han potenciado las fronteras para los ciudadanos; en paralelo, también se han creado nuevos muros entre las culturas: las religiones, una vez más, como a lo largo de su historia, han jugado su papel; el papel que, a través de inculcar el fanatismo entre los suyos, les solicitan los poderosos del mundo.

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