miércoles, 11 de abril de 2007

10 DE ABRIL DE 2007

10 DE ABRIL DE 2007

Cuando llegué por primera vez a París, aquel año de 1970, hacía seis años que había muerto Edith Piaf; y aún estaba presente, al menos en el alma de los franceses más libres, más cultos y más amantes de la belleza, aquella mujer minúscula pero tremendamente fuerte y excesiva en casi todo. Recuerdo que en un concierto de Joan Baez en el polideportivo de Lyon, aparte de pancartas contra Franco y a favor de la libertad en España, había pancartas de recuerdo hacia aquella dama que ha llegado a ser un icono de la cultura francesa del pasado siglo.
Y hoy he sabido de la existencia de una película sobre su vida que se va a estrenar en España en los próximos días… Y en homenaje a esta gran dama de la chanson francesa, transcribo la para mí más bella canción que interpretó Edith Piaf, que vivió la vida que quiso y como quiso; y eso ya nadie se lo quitará…
La canción lleva por título “Rien de rien”, y dice así:

Non ! Rien de rien
Non ! Je ne regrette rienNi le bien qu'on m'a faitNi le mal tout ça m'est bien égal !Non ! Rien de rien Non ! Je ne regrette rienC'est payé, balayé, oubliéJe me fous du passé !Avec mes souvenirsJ'ai allumé le feuMes chagrins, mes plaisirsJe n'ai plus besoin d'eux !Balayées les amoursEt tous leurs trémolosBalayés pour toujoursJe repars à zéro
Non ! Rien de rienNon ! Je ne regrette rienNi le bien, qu'on m'a faitNi le mal, tout ça m'est bien égal !Non ! Rien de rienNon ! Je ne regrette rienCar ma vie, car mes joiesAujourd'hui, ça commence avec toi !

Lo que traducido, resulta:

¡No! Nada de nada
¡No! No siento nada
Ni el bien que se me hizo
Ni el mal, ¡todo esto me da igual!

¡No! Nada de nada
¡No! No siento nada
Está pagado, enterrado, olvidado
¡Enloquezco del pasado!

Con mis recuerdos
Encendí el fuego
Mis penas, mis placeres
¡No los necesito más!

Enterrados los amores
Y todos sus trémolos
Barridos para siempre
Vuelvo de nuevo a la nada

¡No! Nada de nada
¡No! No siento nada
Ni el bien, que se me hizo
Ni el mal, ¡todo eso me da igual!

¡No! Nada de nada
¡No! No siento nada
Porque mi vida, porque mis alegrías
Hoy, ¡todo comienza contigo!

Reconforta saber que aún queda en la memoria colectiva de los franceses lugar para el recuerdo de toda una leyenda del mundo del arte, a pesar de representar la parte más extraoficial del mundo de la cultura de entonces.
Y esta es una de las grandes contradicciones de los poderes públicos para con el mundo del arte, un mundo transgresor por principio: reconocen a regañadientes el arte del que disponen los verdaderos artistas, aquellos que transgreden constantemente la moral imperante, pero sólo son homenajeados una vez muertos, porque en vida no son ejemplo ni virtud para el orden y la moral imperantes.
Los poderes públicos, todos, en el fondo (y muchas veces en las formas) son conservadores, a pesar de que se digan progresistas: el poder, por principio, es conservador.
Pero de vez en cuando el poder se ve obligado a reconocer en la transgresión algo más que una actitud vital; en personas como Edith Piaf, fue arte.

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