En política, como en toda estructura de poder, la lealtad de tu gente es fundamental para llevar a cabo la gestión encomendada por los ciudadanos.
Sin lealtad, nunca habrá equipo; y sin equipo nunca se podrá ejercer el poder.
Sin lealtad, nunca habrá equipo; y sin equipo nunca se podrá ejercer el poder.
El drama sucede cuando tu propia gente te es desleal. Y eso está ocurriendo en el PSOE: hay muchos militantes que no son socialistas y no sólo son desleales para con los dirigentes que se han dado democráticamente, sino que están apostando por el éxito del adversario.
Eso, en política es deslealtad, y es traición. Y así, hay militantes del PSOE que son enemigos del socialismo y del PSOE, aunque también hay magníficos socialistas que no son militantes y serán siempre leales al PSOE.
Claro que, la historia de la humanidad es la historia de la deslealtad, de la traición...
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