domingo, 6 de mayo de 2012

¡VIVE LA FRANCE!

Amanezco en luz amarilla de sol que se torna blanca tras azular el mar... Y sobre el pinar se suceden los platas y verdes brillantes, aquellos de como cuando los amaneceres eran de esperanza y buena nueva... 
Hoy, a estas horas, en un país más al norte, en mi siempre cantada y contada Francia, la ciudadanía que protagonizó la mayor revolución social de la historia y que cambió el mundo, está votando, ejerciendo ese derecho que se conquistó entonces y que más allá de ocupaciones y de imitadores de otros, han hecho de aquel territorio un lugar de libertad, de solidaridad y de acogida, más allá de cultura y glamour, eso que una ciudad como París posee como nadie, no dejando nunca atrás el origen provinciano y rural de muchas de sus capas sociales, hoy representadas por una gran clase media que cohesiona y sostiene el sistema de libertades y de protección social. 
Y hoy, además, mi Francia querida, en otro mayo memorable, nos puede ayudar a salir de este atolladero en el que los codiciosos de su avaricia nos han metido a los que vivimos en el sur de esta vieja Europa que cuando se asusta es imprevisible, nacionalista y fantasmal...
Ojalá a las ocho de la tarde (muchos colegios cierran a las seis) ya sepamos con certeza que un viento nuevo recorrerá Europa que arrastrará a tanto fantasma disfrazado de miedo y que oculta su maldad...
¡Vive la France!. ¡Vive la vie!...



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