martes, 1 de mayo de 2012

PAYASOS

"Sé lo que hace a un hombre más conservador... No saber nada del presente o nada del pasado" 
(Keynes)

Cuando los economistas eran intelectuales y la mal llamada ciencia económica estaba al servicio del ser humano, no al servicio de los poderosos, yo quise ser economista; y lo fui...
Hoy los sigue habiendo, y muchos de nosotros seguimos reivindicando ese papel de la economía: producir bienes y servicios para que la humanidad -en su globalidad y en su diversidad- los disfrute y sea más feliz en la tierra que lo acoge; pero este concepto de la economía no es el dominante; domina el concepto de la riqueza privada frente a la colectiva, de la maximización del beneficio privado a costa de de la minimización del coste laboral, y de la minimización del beneficio público, con el consiguiente menor nivel de impuestos posibles para las clases más poderosas; y como todo fin, la acumulación de riqueza de unos pocos; y como todo medio para este fin, la codicia... Este es el mundo que hemos creado, un mundo que los economistas que tienen alma quieren siempre denunciar; los desalmados se inventan corpus teóricos falsos para sustentar aquella codicia, aquel crimen del egoísmo institucional y aquella aberración moral de acumular riqueza a través del esfuerzo de los otros...
Sí, hoy sigue habiendo economistas humanistas, intelectuales, pero apenas se oyen voces de denuncia; porque apenas se les da cobertura mediática suficiente, más allá de la dispersión de otros canales... 
Ojalá más pronto que tarde vuelva a ser el hombre el centro de toda actividad humana, de todo pensamiento y de toda organización empresarial, social o económica. 
Por el bien de todos... 
Por el bien de la humanidad...
Mientras tanto, nunca callaremos y los denunciaremos; a los falsos economistas; a los impostores; a los inmorales vendidos al poder de los desalmados a través de mentiras construidas como verdades dogmáticas. Aunque a veces nos apena ver hasta dónde puede llegar la denigración de un ser humano por un plato de lentejas... Es terrible. 

Le llaman "sistema"; muchos le llamamos el infierno de la mentira...



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