Se está debatiendo en el Congreso de los Diputados un decreto ley sobre la reforma del Sistema Nacional de Salud que ha presentado el Gobierno del PP. Y me surgen estas reflexiones:
1. La Salud, la educación, el sistema de protección social (pensiones y prestaciones por desempleo) y los servicios sociales deberían ser asuntos consensuados de por vida en sus principios de gratuidad, garantías y financiación suficientes, así como su universalización.
2. El decreto ley que presenta el Gobierno de Rajoy, con la excusa de la deuda pública sanitaria (tenemos que recordar de nuevo que la deuda pública española está en condiciones de crecer, al ser mucho más baja que la de los países de nuestro entorno respecto al PIB) y habiendo renunciado a una reforma fiscal suficiente y a la lucha contra el fraude, además de la cortina de humo de los inmigrantes y del turismo sanitario (son expertos en demagogias y falacias, siempre), sólo pretende conseguir la desaparición del sistema nacional de salud conforme estaba diseñado en su universalidad, gratuidad y prestaciones básicas, en favor de una sanidad limitada en prestaciones y participada por el negocio privado de la sanidad, cuando la salud no debe ser nunca un negocio sino un derecho.
3. Denunciemos, la ciudadanía toda, este modelo de salud de la derecha política, y exijamos que los derechos sociales básicos (salud, educación, prestaciones por desempleo y pensiones, servicios sociales) sean consensuados de por vida y garantizados con un sistema fiscal suficiente y eficiente que no ponga nunca más en cuestión la capacidad de prestación de aquellos derechos por los poderes públicos.
1. La Salud, la educación, el sistema de protección social (pensiones y prestaciones por desempleo) y los servicios sociales deberían ser asuntos consensuados de por vida en sus principios de gratuidad, garantías y financiación suficientes, así como su universalización.
2. El decreto ley que presenta el Gobierno de Rajoy, con la excusa de la deuda pública sanitaria (tenemos que recordar de nuevo que la deuda pública española está en condiciones de crecer, al ser mucho más baja que la de los países de nuestro entorno respecto al PIB) y habiendo renunciado a una reforma fiscal suficiente y a la lucha contra el fraude, además de la cortina de humo de los inmigrantes y del turismo sanitario (son expertos en demagogias y falacias, siempre), sólo pretende conseguir la desaparición del sistema nacional de salud conforme estaba diseñado en su universalidad, gratuidad y prestaciones básicas, en favor de una sanidad limitada en prestaciones y participada por el negocio privado de la sanidad, cuando la salud no debe ser nunca un negocio sino un derecho.
3. Denunciemos, la ciudadanía toda, este modelo de salud de la derecha política, y exijamos que los derechos sociales básicos (salud, educación, prestaciones por desempleo y pensiones, servicios sociales) sean consensuados de por vida y garantizados con un sistema fiscal suficiente y eficiente que no ponga nunca más en cuestión la capacidad de prestación de aquellos derechos por los poderes públicos.
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