En las Rías Baixas la vida transcurre lenta; como lento van los días: amanece más tarde; aunque también anochece más después; como si siempre llegase tarde a todo; como si la vida transcurriese más lenta, más larga; y también, más después...
Y sobrecogen sus paisajes; sus mares, sus ríos, su arboleda tupida en verdes imposibles y en ocres desconocidos; matices todos de una diferencia; cualidades todas de una distinción, de una nobleza, de una forma de vida distinta pero muy cercana a lo otro, donde habitan los sentidos...
Y también de una manera diferente de pensar y vivir el mundo...
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