lunes, 26 de diciembre de 2011

CINCO DÍAS

Llevo cinco días en Madrid tan intensos que me parecen ya una eternidad. Mañana será el retorno. Hoy queda una apretada agenda de sentido y sensibilidad. Tras un paseo por el Madrid que amo, comeremos todos en el Edelweiss, el afamado restaurante cerca de las Cortes, especializado en cocina alemana, en homenaje -quizá- a la sobrina que vive en Alemania... Habrá sorpresas; habrá risas; habrá silencios de ausentes, muchos idos; otros, lejanos; y habrá determinados sentimientos más allá del asombro... 
Son días intensos estos; como intensa es la vida por momentos, esos momentos que inesperadamente nos transforman y nos hacen mejor persona; o al menos, la sensación de serlas o  de sentirlas, al fin, como conquista. Y volver, así, de nuevo a una cierta esperanza; aquella de pensar que aún hay tiempo, que aún es posible; o que aún merece la pena  porque aún hay motivos... Como todas las preguntas sin respuestas, más allá de los acostumbrados comodines para salir del paso. Ese paso que nos lleva, casi sin sentido, a no se sabe donde, pero que todo el mundo acude con prisas como un río desbordado que no encuentra la mar...

Llevo cinco días en Madrid y la vida me ha hecho sentirlos con cierta complacencia; con certera afirmación... 
Y con la ternura de una pasajera eternidad... 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios