Ayer reclamé a Salvador Allende y a Olof Palme, cuando el mundo es un tormento. Y no quise recordar las torres gemelas de N.Y. Fatales hechos, en día tan señalado y tan igual, a modo de muestras de la incertidumbre de la modernidad y de la fortaleza de los demonios de los hombres...
Y hoy, al amanecer, al verla en foto y conocer de su trabajo -empleada en Massimo Dutti de Pontevedra- la he reconocido: me atendió este verano; allí compré una ligera prenda de ante. Era una monería de criatura y no más empezando a la vida... Sí, he reconocido a la mujer desaparecida de Pontevedra; son ya 25 días ausente, y a mí me ocurre algo...
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