lunes, 6 de septiembre de 2010

EL NEGRO, EE.UU. Y LA UE... E IRÁN...

Muchos economistas siempre hemos sostenido que la economía no es una ciencia, más allá de un corpus de instrumentos que permiten analizar las relaciones de producción y distribución y consumo de bienes y servicios entre los seres humanos y entre los territorios donde habitan. Y somos también muchos los que denunciamos que precisamente los defensores de la economía como corpus científico son los defensores del llamado pensamiento liberal, que quisieron único y que han conseguido inculcar entre el común de los mortales, y que abogan por la ausencia de lo que llaman intromisiones del estado en lo que consideran deben ser mercados libres, mercados que son de todo menos libres, entre otras cosas porque luego presionan a los poderes públicos para que les bajen los impuestos y les incrementen las subvenciones para sus inversiones, contradiciéndose ellos mismos en aquella defensa de libertad de mercado. O cuando reclaman ausencia de fronteras para sus inversiones en el extranjero y, en cambio, imponen políticas de cupo -o aranceles- a las importaciones.

Dicho esto, la experiencia y los análisis a posteriori que los economistas hacen de la historia son los que van creando un corpus, más o menos contrastado, de políticas económicas, más o menos eficaces, que se tomaron -o no- en otras coyunturas parecidas. Y así se va conformando lo que podemos llamar políticas económicas anticíclicas, como consecuencia de la experiencia histórica de otras coyunturas parecidas de ciclos económicos.

Cuando supimos de los primeros síntomas de la crisis actual -crisis creada por un exceso de liberalismo financiero sin control en su afán especulativo mundial-, muchos de nosotros pensamos que al fin se iban a tomar medidas eficaces en cuanto a controles sobre la especulación financiera internacional y sobre el excesivo poder de los mercados financieros, poder que ninguneó a gobiernos democráticos del mundo, muchos de ellos, es verdad, en manos de conservadores, y cuyas autoridades monetarias miraron para otro lado antes de tomar decisiones intervencionistas; en suma, conforme a su ideario político y económico. Pero ha pasado el tiempo. Y tras un ataque desaforado del mundo financiero anglosajón hacia el euro y la deuda europea de los países del sur de Europa fundamentalmente, países en su mayoría con gobiernos socialdemócratas, hemos pasado, de reclamar políticas activas de inversión y gasto público, como nos mandata la experiencia histórica de políticas anticiclícas en épocas de crisis que incentiven la demanda interna, hemos pasado, digo, en la UE a políticas restrictivas del gasto público en nombre de un catecismo sobre los niveles de déficit público que se inventaron los economistas liberales para épocas de crecimiento, precisamente los economistas liberales que abominan de toda acción de los gobiernos en los mercados de producción de bienes y servicios y su distribución y consumo, economistas cuyas recetas (que no eran más que un corpus falsamente científico construido para justificar los desmanes de los poderosos y seguir obeteniendo multimillonarios beneficios) nos han llevado a esta desastrosa situación mundial.

Y claro, lo que sorprende, encima, es que en el pais donde todo empezó (la crisis actual) y donde se alardea de liberalismo económico (EE.UU) sea precisamente el pais que está aplicando políticas de incentivo y de gasto público conforme la experiencia de politicas anticiclicsas nos dice que hay que desarrrollar para salir de esta lamentable situación; y precisamente en Europa, con déficits públicos y niveles de deuda menores que los de EE.UU., y donde siempre se alardeó de las conquistas sociales del estado del bienestar, es donde se han tomado las medidas neoliberales de recorte de gasto, lo que supondrá más paro, y menos estado del bienestar, amén de poner en peligro la recuperación y salida de la crisis...

Cuando son las 20:49 horas del lunes 6 de septiembre de 2010 escribo estas líneas; mucho nos tememos que las nuevas inversiones que anunciará el negro Obama se las rechazarán los congresistas de EE.UU.: van a por él; como fueron a por los gobiernos socialdemócratas en el sur de Europa. que al fin se han replegado a sus intereses; como se replegará el negro Obama esta noche, como, por desgracia, nos tememos...

Malos tiempos se nos avecinan. Y para colmo, ya habla la ONU de que Irán puede construir bombas atómicas....

Negros nubarrones (la derrota del plan Obama y los anuncios de bombas) se nos avecinan.


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