lunes, 12 de octubre de 2015

12 DE OCTUBRE

Hoy es el Día Nacional de España; un día que mi generación no termina de hacer suyo; como antes otras y otras más después...

Hay muchos relatos interesados sobre nuestro pasado; la historia, ya lo sabemos, no es una ciencia empírica, de laboratorio; por tanto "falla más que una escopeta de caña", que diría un castizo; o mejor, depende de cada escopeta se acertará más o menos según el gusto del consumidor de la pieza cazada. Y mi relato, el que acepto después de muchas lecturas y paciencias, no me permite sentirme orgulloso de ser español; entre otras cosas, porque salir fuera pronto te abre los ojos a otros mundos mejores; y muchas veces, peores; pero distintos y no tan distantes. Y estudiar y observar la realidad te va limando aquel relato de aquella historia... Un historia cruel; de quijotes y panzistas, y donde los más, pícaros y fulleros...

Lo decía Ian Gibson el otro día en Málaga: -'Este país se ha portado mal con las cunetas', dijo. -'Si los ganadores enterraron a sus muertos, los perdedores también tienen derecho a ello', dijo también; y de Lorca dijo que era 'el desaparecido más llorado del mundo', y los presentes allí sentimos una gran emoción por sus palabras...

Lo he sostenido siempre: nuestros mayores nos dejaron los muertos, la tristeza y los silencios tras una trágica guerra que todos perdieron; una guerra que aún parece no haber terminado del todo. Y sólo cuando se termine de verdad, para entonces, las generaciones venideras sí se podrán sentir orgullosos de ser españoles; pero sobre todo, europeos, porque si algo hemos aprendido del pasado siglo y de la actual crisis mundial es que el estado-nación vigente desde las revoluciones burguesas ha entrado en declive como Estado prestador de bienes, servicios y como garante de derechos ciudadanos; y sobre todo, ha entrado en crisis como contrapoder de defensa de la ciudadanía más desprotegida frente a los poderes reales, sin patria ni bandera...

El mundo se ha globalizado, pero falta globalizar LA POLÍTICA para que la ciudadanía tome partido y hagamos, entre todos un mundo más justo, más libre y sin banderas ni fronteras; más allá de la gratuitud siempre a la tierra que te vio nacer, y donde amamos y fuimos amados por ver primera.
Para entonces sí me sentiré orgulloso de ser español, europeo y ciudadano del mundo.

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