miércoles, 3 de septiembre de 2008

LOS REGRESOS

Hoy regresé a Venecia, a la Plaza San Marcos, al Puente de Rialto, al Lido...

He visto en TVE un reportaje sobre el soberbio nuevo puente de Calatrava en El Gran Canal. Como siempre, todo lo moderno produce algún rechazo; y casi siempre, por parte de los intransigentes y catetos enemigos del cambio, y abanderados del inmovilismo.

Y hoy retomé un delicioso librito de Paul Morand titulado VENECIAS, editado por Península (Vidas imaginarias). Dice Morand en su VENECIAS:

"Venecia resume en su limitado espacio mi permanencia en la tierra, situada también en el vacío, entre las aguas fetales y las del Estige.
Me siento desencantado del planeta entero, a excepción de Venecia, a excepción de San Marcos, mezquita cuyo pavimento inclinado e irregular se parece a esas alfombras de oración yuxtapuestas...
Venecia es el decorado del final de la gran ópera que es la vida de un artista".

Hoy volví -regresar es volver- a Venecia, a través de Paul Morand, y a través del soberbio puente de Calatrava.

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