viernes, 19 de septiembre de 2008

LA CRISIS Y LOS LIBERALES: SU DESENMASCARAMIENTO

Ha tenido que llegar la crisis hasta la realidad más cercana para desenmascarlos, al poner en evidencia aquello que siempre hemos denunciado. Esto es, que los liberales no eran sino los adelantados de los verdaderos hacedores de las desigualdades del mundo. Su discurso, que ahondaba más allá de la mal entendida naturaleza humana, cual el instinto de superviviencia, no era sino una forma muy sutil de aquel principio que siempre sostuvo el mundo de la avaricia, en cuanto a las relaciones de la producción de la riqueza: privatizar beneficios a través de la socialización de las pérdidas.
Ese es el fin de toda la superestructura ideológica del liberalismo. Y siempre fue así...
Lo lamentable es que desde las últimas décadas del pasado siglo, aquella superestructura ideológica de la avaricia y de la acumulación de riqueza en manos privadas, sin escrúpulos, sin límites, y, antes al contrario, con aplausos en forma de bajada de impuestos e incentivos inmorales de todo tipo, ha tenido un enorme apoyo en las nuevas generaciones (llamar nuevo a lo antiguo siempre fue una gran afición de los poderosos), aquellas que se han venido en llamar de los mileuristas, y que defienden lo indefendible en términos sociales e históricos, abanderando así una regresión social en toda regla.
Ciertamente, los jóvenes de hoy no son culpables; a fin de cuentas, ellos han heredado esta sociedad que hemos creado sus adultos; pero, al menos, han sido cómplices, quizá en su ignorancia, inconsciencia y aplauso; sobre todo en su pasividad y escaso espíritu crítico para con el sistema...

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