domingo, 2 de octubre de 2016

UN RELATO -EL MÍO- DE UNA CRISIS (y V)

Lo comentaba ayer:
“Desde el pasado domingo estaba preocupado por un partido político que considero fundamental para la cohesión social y territorial de España.
Desde hoy, además de aquella preocupación, siento un profundo bochorno”.
Hagamos un poco de historia…
Desde 2008 el PSOE ha perdido 6 millones de votos. Desde entonces, tres Secretarios Generales no han sabido ayudar a recuperar ese declive; el primero, ZP, al que la historia señala como el que cometió el gran error, pues debió convocar elecciones generales aquella siniestra noche del 11-M de 2010 y dejando en su lugar, como candidato a la Moncloa, a Rubalcaba… Pero no convocó elecciones, se pasó de frenada y desde entonces el PSOE fue insultado por propios y extraños de traidor con aquella cantinela de ‘PP y PSOE la misma mierda es’ del 15-M y su posterior forma en Podemos…
España estaba quebrada financieramente y nadie responsable quería coger el toro por los cuernos, unos cuernos que pasaban por solicitar el rescate europeo.
Tras fallidos intentos de Rubalcaba, quizás el último hombre capacitado para llevar las riendas de este país después de Felipe González, para mí el gran líder que ha tenido la historia reciente de España y de Europa, no pudo ser y, aunque dimitió lo hizo tarde y cuando ya no había más remedio…
Y en esto llegó Sánchez con un capital inmenso de esperanzas… Y muchos nos ilusionamos de nuevo y apostamos hasta lo indecible porque se visualizaba un futuro renovado, con gente preparada y, sobre todo, con una imagen nueva de liderazgo moderno… Pero pronto vimos que se rodeaba de poco fuelle, ese primer síntoma de debilidad de todo líder que trasparenta dudas: sólo los débiles se rodean de gente más débil para asegurarse lealtades sin peligro. Y cometió errores de libro: la intervención en la federación de Madrid, tumbando a Tomás Gómez y de aquella manera, o la más reciente intervención en la federación gallega, con enfrentamientos con Abel Caballero, que 'barre' en Vigo y es el alcalde-líder más sólido que posee el PSG, sólo son ejemplos de lo que digo. Y su segundo, su tercero en la bancada, etc, ejemplos claros de lo que digo… Pronto, como señalaba, muchos visualizamos que estábamos ante un hombre sin rumbo claro y sin saber navegar en un partido tan complejo como lo es el PSOE.
Sí, el PSOE es el partido que siempre ha representado la España real; por eso llegó a tener más de 11 millones de votos y varias mayorías absolutas, y es el partido que más años ha gobernado España, porque la representa en su complejidad. España es, de facto, un Estado Federal. Y el PSOE es un Partido Federal. Y su Secretario General no sólo tiene que coordinar una ejecutiva federal, sino también coordinar a las distintas federaciones del partido. Y el liderazgo no se reclama, se ejerce. Los líderes, sean políticos, sociales o directivos de empresas, no reclaman su poder ni exigen respeto para ejercerlo; se les nota su liderazgo, su poder, con sólo su presencia y hasta en silencio… Porque una de las funciones de todo líder, la principal y más excelsa, es saber delegar, saber coordinar, y, sobre todo, crear equipo con objetivos claros e ilusionantes, y todos a una. Y pronto muchos visualizamos que no había mucha madera en Sánchez, por desgracia…
Y en esto llegó la prueba del nueve… Sí, llegó el 20-D y el PSOE se estrelló contra la pared: ¿cómo fue posible que habiendo gobernado el PP corrupto de Rajoy, con sus políticas antisociales y habiendo arruinado a tantas empresas y condenado al olvido a tantas familias españolas, el PSOE hubiese tenido los peores resultados de su historia?
Muchos seguíamos confiados en que poco a poco se iría recuperando aquel tropiezo; y le echamos la culpa a ZP, al error histórico de ZP de no haber convocado elecciones aquella siniestra noche del 10 de mayo de 2010… Y vimos en el pacto con C’s la oportunidad más certera de iniciar aquel proceso de regeneración para el PSOE y para España, un pacto que, al cabo, fue reventado por los iluminados dirigentes, demagogos y reaccionarios de Podemos, lo que llevó a las segundas elecciones en apenas meses por falta de consenso entre todos, eso en lo que consiste la democracia, y no en la confrontación, eso tan español de los garrotes.
Y nos llevaron todos a repetir las elecciones, eso que he llamado golpe de estado civil al no aceptar los dirigentes políticos la voluntad popular expresada en las urnas… Y se temió, entonces, por el llamado ‘sorpasso’, esa utopía anguitiana del PCE que nunca aceptó que el PSOE, desde 1977, fuese la primera fuerza política de la izquierda española.
Pero no se produjo aquel ‘sorpasso’, a pesar de la desaparición de IU y de la presión mediático-política de la pinza PP-Podemos, y el nuevo fracaso del PSOE -siguió perdiendo votos y escaños- lo ‘vendió’ Sánchez como un triunfo porque no se había producido el ‘sorpasso’, a pesar de que el PSOE seguía perdiendo apoyos y el PP, por el contrario, crecía en votos y en escaños y casi estaba al borde de poder gobernar con mayoría absoluta, a falta tan sólo de menos de una decena de escaños…
Honestamente (los que me conocen saben de mi vida y de mi historia y no sólo siempre voté y votaré socialista, más allá de las personas que lo manejen o dirijan en cada momento, por convicción y porque fue un partido al que ayudé en los años difíciles a consolidar y recomponer) creo que Sánchez, aquella noche del 26-J, debió dimitir.
No lo hizo; el PP tomó la iniciativa; y cuando pensaba Sánchez que las elecciones gallegas o vascas serían la salvación de la estrategia NO es NO, apoyado en las bases que previamente habían calentado como salida ante tanto fracaso, unas bases que ya estaban agotadas de tanto acorralamiento e insultos de militantes de Podemos que los acosaban con argumentos de aquel izquierdismo déjà vu en épocas pasadas, se aferró el equipo de Sánchez a que el PNV necesitase los votos del PP y viceversa en Madrid, con lo que salvaban su estrategia empecinada del NO es NO. Pero como el resultado no fue en esa dirección, se empecinó en seguir con el guión trazado con tal de salvar su persona; una estrategia sin sentido y soliviantado por unas bases desamparadas y enloquecidas al modo forofo y hooligans. Y esta ha sido una grave irresponsabilidad: hacer creer a las bases socialistas que era posible un gobierno alternativo ha sido una indecente manera de engañar a una bases melancólicamente desamparadas de tantas derrotas sin explicación por parte de sus líderes y sin dimisiones ad hoc; gobernar con Podemos sin Ciudadanos no era posible. Y lo sabían, pero dejaban esa posibilidad para salvarse él con su locura hacia la nada…
Y desde entonces Sanchez, que debió dimitir la noche del pasado domingo ya que no lo hizo el 26-J, fue de mal en peor hasta agarrarse a un imposible como salvación personal al coste que fuese…
Sí, desde aquella noche del 26-J era un cadáver político; lo que nunca llegué a pensar era que durante su funeral se viese lo que hemos visto durante esta semana pasada, con el remate final del bochornoso espectáculo de ayer en la calle y dentro de Ferraz…
Llamar fascista a Madina, a Rubalcaba, a Felipe; ver a acosadores en la puerta de Ferraz con carteles soliviantando a ciudadanos que nos representan, parlamentarios, compañeros de aquellos mismos que los insultaban, y con consignas al modo podemita de tópicos como vendidos al PP, o aquellos otros de ‘representantes del Ibex 35’, o lo de las ‘puertas giratorias’, habiendo perdido lo básico de toda organización, como el respeto y la solidaridad, pues eso, que nunca pensé que el funeral de una muerte tan anunciada fuese el que vimos ayer todos los españoles.
Espero que pronto sanen heridas. Lo vengo diciendo desde el pasado lunes: los barones se han equivocado y mucho; pero quien inicia aquella rebelión (me niego a ese lenguaje de ‘golpe’; o acusar al periódico EL PAÍS de ser culpables: ¡ya quisieran los traidores y vendidos de aquel periódico ser tan influyentes!, pues sería la prueba del nueve de su saneamiento financiero: ¿de verdad es creíble que se piense que EL PAÍS ha marcado el resultado electoral?) de los barones es un líder que no fue capaz de crear equipo, de unificar, de liderar y de consensuar una organización que sigue siendo la que mejor representa la complejidad social y territorial de España y que por eso mismo sigue siendo fundamental para aquella cohesión y unidad.
P.D. Todo este bochornoso final de una historia triste ha tenido, además, un coste personal para mí muy desagradable; en el camino, más allá de muertes muy dolorosas, hubo, en el peor momento emocional de mis últimos días, mucho desdén e insultos hacia mi persona que creo no haber merecido.
Yo soy de los que olvidan pronto, pero hay dolores que duelen hasta en las sombras del olvido…


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