sábado, 19 de enero de 2013

LA TARDE OBLIGA...

Cuando la tarde obliga a recordar... Cuando los días... Cuando los buenos tiempos...Cuando aún éramos la esperanza...

Y recuerdo que sólo queríamos vivir en paz y trabajar lo justo y necesario para llevar una vida decentemente digna. Y recuerdo también que había tanta necesidad de casi todo que la realidad nos obligaba a la solidaridad en el sentido humano del término: había que construir una sociedad que en los excedentes se redistribuyera lo suficiente como para garantizar una mínima y necesaria igualdad de oportunidades, toda vez habíamos renunciado al igualitarismo impuesto en otros lugares del mundo y donde fracasó hasta el hartazgo, quizás porque la primera condición humana para vivir es la libertad individual si alguna vez se quieren conseguir parcelas de la colectiva... Y sólo había un modelo posible: el estado social de derecho que vía impositiva redistribuyera en el ingreso (pagaría mas quien mas tuviera) y en el gasto (recibiría más quien más lo necesitara)... Los demás modelos eran la limosna y el pasado o los modelos fracasados del socialismo real en la Europa del este, en China o en algunos puntos aislados del mundo... 

Y la Suecia de Olof Palme, como fotografía real de aquel posibilismo socialdemócrata...

Cuando la tarde obliga a pensar en el presente... Cuando los días... Cuando estos malos tiempos... Cuando apenas ya nada...

Sólo hay que sumar; sólo hay que poner en los sumandos cantidades. Y multiplicar por 30, 0 40 años (una vida laboral normal). Y sabiendo el importe de los sumandos (sabemos cómo y cuánto paga la política, la Administración), nadie, ningún matrimonio de los que se dedica a la política durante toda su vida profesional, aunque trabajen ambos miembros (como es el caso de muchos), en una sola vida nadie, repito, puede llegar a obtener tantos recursos económicos como para el tren de vida y las propiedades que ostentan muchos de ellos... Y menos para tener miles de millones en cuentas opacas fiscalmente en paraísos fiscales.
Y hay muchos delitos; el primero, economico-fiscal (evasión de capital y sus impuestos); el segundo, político (es un fraude político engañar y robar a los representados) y moral (son sólo una pandilla de ladrones que encima dirigen nuestros destinos colectivos)

Cuando la tarde obliga a recordar, a pensar en el presente y a denunciar...


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