Anoche, antes de dormir, antes de ese estado en el que bostezas y se te cierran los ojos inevitablemente, seguí leyendo a Márai...
"9 de febrero (1986)
...
Soy viudo, algo extremadamente grotesco. Vivo la realidad como antes, en primera persona del singular. Hemos estado juntos durante sesenta y dos años y ocho meses, el tiempo que ha transcurrido desde que firmamos: fuimos hippies antes de tiempo, pues no celebramos una boda propiamente dicha, sólo firmamos un documento. De hecho tuve que llamar a un testigo de la calle, precisamente el poeta István Szegedi, que pasaba por allí por casualidad y subió conmigo a la oficina del Registro Civil. El otro testigo fue el padre de L., que vino a Pest a toda prisa al saber que íbamos a "firmar". Durante seis décadas hemos estado siempre juntos, despiertos y dormidos, físicamente y de otras maneras, en todo tipo de circunstancias, y en cada ocasión nos hemos apoyado mutuamente mientras pasábamos por situaciones miserables o prodigiosas: siempre juntos. Ahora me encuentro solo, en un vacío similar al que rodea al astronauta en el espacio, donde ya no actúa la gravedad que lo mantenía sujeto a la Tierra. Todo flota, él mismo, los objetos, el mundo."
"9 de febrero (1986)
...
Soy viudo, algo extremadamente grotesco. Vivo la realidad como antes, en primera persona del singular. Hemos estado juntos durante sesenta y dos años y ocho meses, el tiempo que ha transcurrido desde que firmamos: fuimos hippies antes de tiempo, pues no celebramos una boda propiamente dicha, sólo firmamos un documento. De hecho tuve que llamar a un testigo de la calle, precisamente el poeta István Szegedi, que pasaba por allí por casualidad y subió conmigo a la oficina del Registro Civil. El otro testigo fue el padre de L., que vino a Pest a toda prisa al saber que íbamos a "firmar". Durante seis décadas hemos estado siempre juntos, despiertos y dormidos, físicamente y de otras maneras, en todo tipo de circunstancias, y en cada ocasión nos hemos apoyado mutuamente mientras pasábamos por situaciones miserables o prodigiosas: siempre juntos. Ahora me encuentro solo, en un vacío similar al que rodea al astronauta en el espacio, donde ya no actúa la gravedad que lo mantenía sujeto a la Tierra. Todo flota, él mismo, los objetos, el mundo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios