martes, 2 de octubre de 2012

FUE UN DÍA MUY HERMOSO

Ayer hizo 60 años de mi llegada al mundo. Mi madre me parió en su cama, y al poco, ya me quejaba de todo... De la comida; del calor; del frío...Y me regalaron un jardín lleno de flores y una prodigiosa arboleda para que no me quejase tanto. Pero seguí sufriendo: aquel jardín, aquel soberbio espacio de libertad, tenía unas rejas al fondo por donde se accedía a la otra calle que daban a las caballerizas y cocheras, donde los caballos del tío Rafael; y allí, niños famélicos, más enclenques que yo (hubo un tiempo que lo vomitaba todo), casi desnudos, casi sin zapatos, se colgaban de las rejas y nos pedían dátiles que caían al suelo de las dos grandes palmeras que presidían, centradas, aquel jardín de laberintos de bojes al modo francés... Muchas veces se me aparece esa imagen; una terrible imagen que marcó para siempre mi vida... Yo creo que desde aquel tiempo me hice extraño del mundo... Y con los años y las mentiras piadosas, al modo de ocultaciones para no dañarnos, conocí a mi padre, al que visitábamos los domingos. Más tarde supe con algunas certezas por qué no vivía con nosotros. Al cabo, cuando lo hizo, la vida nos lo arrancó pronto y para siempre... Quizás como una metáfora de aquella generación de españoles desolados y tristes de horror, y enferma de casi todo, que recién venían de todo un espanto, de todo un desierto moral y de toda una tragedia colectiva...

Lo demás, ya es conocido de todos: pasaron los años de curas y educación violenta y al fin murió el dictador; y nos hicimos personas mayores sin saber apenas nada de la vida... Pero yo ya había estado en París...
Yo tenía 23 años recién cumplidos aquel 20-N de 1975 y desde aquel momento supe con certeza que la democracia llegaría al fin a España, como así fue; pero que sería una batalla difícil, complicada. Y así, también conocimos intentos de regreso al pasado; y supimos de un fantoche disfrazado de ridículo que tomó el Congreso de los Diputados aquel 23 F de 1981 para nuestro asombro y para nuestra indecente pero ganada fama mundial...

Y llegó aquel 28 de octubre de 1982 que supuso al fin la consolidación de la democracia... Luego llegaría también cierta decepción; y con ella, llegó el desencanto... Y mucha mediocridad, casi infinita...
Y de todo aquello, hoy, tras una profunda crisis financiera, apenas queda un recuerdo y mucha melancolía, la de los fervores caídos, la peor de todas las melancolías, la más triste, la más severa...
Cuando todo se desmorona; cuando todo está de nuevo en el aire; cuando acabo de cumplir 60 años...

Sí, hace 60 años que vine al mundo. Y aún me quejo de casi todo lo de este mundo... Pero hoy recibí mucho afecto; ese que me obliga a seguir buscando las certezas que me llenen de esperanza los viejos compromisos de siempre...

Gracias a todos por vuestro afecto, y en especial a mi gente, que me soporta y que me sostiene...

P.D. Y hubo una hermosísima sorpresa; este video que me hizo sentirme un poco mejor, casi superior, gracias a mis adorables sobrinos... Y una mención a la música de fondo, mi adorada Canción Mixteca...  



Y también me regalaron esta hermosura... Fue mi hermano Miguel, todo un prodigio de bondad...

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