viernes, 5 de octubre de 2012

DIARIO DE UN PARÉNTESIS

 04/10/12
11:50 hs

En horas partiré para Galicia: habrá que consumir los días de los que aún dispongo de asueto antes de que también nos los quiten; será en dos etapas. Y, como siempre, recorreré la Ruta de la Plata, esa 
prodigiosa vía que une el sur más vitalista con el norte más elegante... Una ruta que, a pesar de tanto recorrerla, nunca dejo de admirar y de sentir... Y siempre recordando a mi querido Portugal que me acompaña durante gran parte del trayecto y que visitaré en su norte...

En horas consumiré unos días por el noroeste de la península; donde Castelao; donde Cunqueiro; donde Rosalía; donde Valle-Inclán; donde C.E. Ferreiro...
Y donde excursiones; rincones; piedras y caminos; y atardeceres sobre mares imposibles de olvidar...
Y regresaré, sí; porque siempre estamos regresando a todo aquello que ya dejamos atrás;
allí, adonde ya antes de todo...
Allí, donde fuimos; donde un lugar;
en aquel origen...


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 05/10/12
21:19 hs

Eran las 19,30 horas y entraba en Pontevedra; la Ría era blanca, con cielo medio cubierto, y la temperatura era de 20,5º centígrados. Fueron 8 horas y media de ruta, de asombros... En el lado izquierdo me fue acompañando Portugal, y, por encima, una luna blanca, clara como un sí, me miraba siempre... Y a la derecha, las tierras nobles de España, ese territorio donde habita gente decente que no sabe por qué una minoría la quiere regresar al espanto de tiempos pasados, siniestros, terribles...
Y eran las 19 horas, cuando atravesé el Puente de Rande sobre la ría de Vigo; también la luz era blanca y las bateas de mejillones parecían náufragos esperando un auxilio. Al fondo, las Islas Cíes y todo el portentoso Atlántico a sus pies...
Fue todo como lo esperaba: se me erizó la piel y los pelos se me pusieron de punta...

Y entonces te recordé y te sentí más cercana aún; a ti, que nunca te nombro, y que nuevamente me obligas a viajar solo... 

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Día 05/10/12
23:06 hs 

Vivir bien en Galicia no es ningún mérito, porque es imposible vivir mal en esta esplendorosa tierra del noroeste español...
Aquí, en Galicia, la vida es un portento de sosiego y de felicidad...


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