martes, 16 de octubre de 2012

Y REGRESÉ...

SABADO 13 DE OCTUBRE DE 2012

Cuando eran las 20,40 horas hacía entrada en el apartamento de Málaga. Tras casi 11 horas y media y 1.200 Km +/-, parando cada dos horas, con el maravilloso regulador de velocidad que te permite descansar las piernas, y la Ruta 66 de la Plata, apenas nadie, apenas baches, llegaba a casa...
Atrás unos días necesarios; delante: curarme un resfriado que cogí en Galicia y que me ha traido de cabeza (a base de paracetamol y coca-colas) durante el viaje...
Pues eso, ya en Málaga...
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DOMINGO 14

Descansado de retorno, con este catarro que traje de la tierra de Castelao, amanezco este ultimo domingo de octubre, doliente de cuerpo y melancólico de alma... No sólo el resfriado te deja un cuerpo co
n cierto desdén de vida; también el mundo, en su loco e infinita deriva hacia una nada sin límites, te deja también un alma incierta e insegura, más cercana a la melancolía que al fervor en algo donde agarrarnos para sobrevivirnos...
Todo es, nos lo cuenta muy bien Santos Juliá, como un relato de una convenida decadencia...
http://elpais.com/elpais/2012/10/12/opinion/1350043382_531189.html
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Mis sobrinas Ana y María. Mellizas y virtuosas. Arquitecto e Ingeniero de Teleco.
Dos grandes profesionales que se siguen formando-trabajando. Con doctorados y máster. Dos ejemplos de coraje frente a la podredumbre moral del estado español
que renunció a crearles expectativas de futuro, tras invertir recursos cuantiosos en su formación y han tenido que emigrar. A EE.UU. y a Alemania.
Dos grandes mujeres.
Sobre todo, dos buenas personas...
Ayer, tan sólo niñas...



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Leo a Cernuda:
..."Y esta ausencia de todo en ti se duerme"...
..."Me perdí luego por la tierra injusta"...
..."El mar es un olvido"...


DÉJAME ESTA VOZ QUE TENGO

Déjame esta voz que tengo,
Lo mismo que a la pampa le dejan
Sus matorrales de deseo,
Sus ríos secos colgando de las piedras.

Déjame vivir como acero mohoso
Sin puñas, tirando en las nubes;
No quiero saber de la gloria envidiosa
Con rabo y cuernos de ceniza.
Un anillo tuve de luna
Tendida en la noche a comienzos de otoño;
Lo di a un mendigo tan joven
Que sus ojos parecían dos lagos.

Me ahogué en fin, amigos;
Ahora duermo donde nunca despierto.
No saber más de mí mismo es algo triste;
Dame la guitarra para guardar las lágrimas.


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Y leo a Ferreira:
"Mi arte, el último bien que me queda, y que siempre tuve. Otros tienen poder, salud, relaciones, gloria y futuro suficiente para que todo eso tenga sentido. Yo sólo tengo mi arte y la sublimación que hay en él y me ele
va por encima de toda mi bajeza. Pero qué raro es que me visite ahora. Seguro que no lo merezco y toda la porquería que soy aprovecha para tener razón..."

VERGILIO FERREIRA. Pensar. Acantilado.

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Hay un lugar, en el sur del Sur, a los pies de la Sierra de las Nieves, donde Tolox, que posee una historia colectiva muy importante para cuatro generaciones de
españoles...
Desde el abuelo Modesto hasta el más pequeño de mis sobrinos, todos nosotros llevamos muy dentro estos paisajes, estas tierras, estos cipreses, estos olivos, estos montes...
Y aquellos olores, aquellas aguas, aquellos aires...
Porque en este lugar nosotros pasamos los mejores veranos de nuestras vidas...
Y sigue en pie para que otra generación reinicie un nuevo proceso vital que les marcará, inevitablemente, para siempre...
Los pájaros también disfrutan de aquel lugar y lo divisan desde alturas imposibles...
Aquellos veranos no volverán; pero nunca, no, jamás desparecerán de nuestras vidas...

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